• La calle está desierta; la noche fría;
    velada por las nubes pasa la luna;
    arriba está cerrada la celosía
    y las notas vibrantes, una por una,
    suenan cuando los dedos fuertes y ágiles,
    mientras la voz que canta, ternuras narra,
    hacen que vibren las cuerdas frágiles
    de la guitarra.

    La calle está desierta; la noche fría;
    una nube...

  • Es el bardo que dijo en romance galano
    la legendaria historia del paladín audaz
    que a las moriscas gentes abatió con su mano
    que fue timbre y orgullo del valor castellano,
    que de vencer a un mundo, se dijera capaz.

    El que al pie de la reja de tu ventana gótica.
    entona la vibrante, y amorosa canción,
    que en su pecho ha nacido, como una flor erótica...

  • En mis suenos de amor ¡yo soy serpiente!
    gliso y ondulo como una corriente;
    dos pildoras de insommnio y de hipnotismo
    son mis ojos; la punta del encanto
    es mi lengua...¡y atraigo como el llanto!
    soy un pomo de abismo.

    Mi cuerpo es una cinta de delicia,
    glisa y ondula como una caricia...

    Y en mis suenos de odio ¡soy serpiente!
    mi lengua...

  • Servía en Orán al rey
    Un español con dos lanzas,
    y con el alma y la vida
    a una gallarda africana,
    tan noble como hermosa,
    tan amante como amada,
    con quien estaba una noche
    cuando tocaron al arma.
    Trescientos Zenetes eran
    deste rebato la causa;
    que los rayos de la luna
    descubrieron las adargas;
    las adargas avisaron
    a...

  • Aquella noche de setiembre, fuiste
    tan buena para mí... hasta dolerme!
    Yo no sé lo demás; y para eso,
    no debiste ser buena, no debiste.

    Aquella noche sollozaste al verme
    hermético y tirano, enfermo y triste.
    Yo no sé lo demás.. . y para eso
    yo no sé por qué fui triste..., tan triste...!

    Sólo esa noche de setiembre dulce,
    tuve a tus ojos...

  • ¡Ay! ¡qué aroma embalsamado,
    y qué armonioso concento,
    y qué susurro acordado
    al claro espacio alborado
    lleva en sus alas el viento!

    ¡Salve, ciudad de las flores!
    que hasta olvidé mis dolores
    en tus eternos pensiles;
    ¡Eden de los Irasfiles,
    paraíso de los amores!

    Al sol tocando su frente,
    en mar de aromas se baña
    rica...

  • Señora hay demasiados pájaros
    En vuestro piano
    Que atrae el otoño sobre una selva
    Espesa de nervios palpitantes y libélulas

    Los árboles en arpegios insospechados
    A veces pierden la orientación del globo

    Señora lo soporto todo. Sin cloroformo
    Desciendo al fondo del alba
    El ruiseñor rey de setiembre me informa
    Que la noche se deja caer...

  • Si á tanto llega el dolor
    De sospechas y recelos,
    No le llame nadie celos
    Sino rabia del amor.

    Dolor que siempre está verde,
    Aunque vos mas no os sequeis,
    Y adonde quiera que esteis,
    Veis presente á quien os muerte:
    Mal que para su rigor
    Se conjurar hoy los cielos,
    No le llame nadie celos
    Sino rabia del...

  • Si Cupido me inflama,
    Si desdeñas mi empleo;
    En amorosa llama,
    En nieve desdeñosa el Etna veo,
    Con amor, y tibieza
    Tenemos su firmeza,
    Y en disonancia breve
    Suspiro fuego yo, tu brotas nieve.

  • A Doña Sylla da Silva

    Si de estas cuerdas mías, de tonos más que rudos,
    te resultan en ásperos sus rendidos saludos,
    y quieres blandos ritmos de credos idealistas,
    aguarda delicados poetas modernistas

    que alabarán en oro tus posibles desdenes,
    coronando de antorchas tus olímpicas sienes,
    devotos de la blanca lis de tu aristocracia,
    con que...