• Ojos que nunca me veis,
    por recelo o por decoro,
    ojos de esmeralda y oro,
    fuerza es que me contempléis;
    quiero que me consoléis
    hermosos ojos que adoro;
    ¡estoy triste y os imploro
    puesta en tierra la rodilla!
    ¡Piedad para el que se humilla,
    ojos de esmeralda y oro!

    Ojos en que reverbera
    la estrella crepuscular,
    ojos...

  • Siempre en la ida este fatal pasado,
    siempre el recuerdo de este amor conmigo,
    que debiera olvidar y no he olvidado,
    que quiero maldecir, ¡y no maldigo!...
    ¿Por qué en este viaje triste y desolado,
    que en mi existencia solitario sigo,
    siempre ha de ser presente mi pasado
    y ha de estar este amor siempre conmigo?

    ¿Por qué no he de arrancarme de...

  • I[editar]

    Con un robusto fraile carmelita

    se confesaba un día una mocita

    diciendo: -Yo me acuso,...

  • En la sombra debajo de tierra,
    donde nunca llegó la mirada,
    se deslizan en curso infinito
    silenciosas corrientes de agua.

    Las primeras, al fin, sorprendidas,
    por el hierro de rocas taladra,
    en inmenso penacho de espumas
    hervorosas y límpidas saltan.

    Mas las otras, en densa tiniebla,
    retorciéndose siempre resbalan,
    sin hallar la...

  • A la vieja necrópolis me arrimo;
    y en el tumulto del desborde rimo
    la postrera canción,
    no conforme a la Lógica y al Arte,
    sino según el verso brinca y parte
    ¡del mismo corazón!

    Así surgida de la oculta vena
    el agua pura se levanta y suena
    en curva de cristal;
    y al extremar la iridiscente ojiva,
    toca en tierra y se alarga fugitiva,...

  • Opónese la Luna al Sol flamante,
    Y aunque le debe todo el lucimiento,
    No le faltó villano atrevimiento,
    Para oponerse ingrata al Sol radiante:

    Siente la oposición la tierra amante,
    Porque ve del eclipse el sentimiento,
    Mas aunque el Sol parezca sin aliento,
    Para el Cielo se queda Sol brillante.

    Así la Reina pues, cual Sol lustroso,
    El...

  • Ni sé para quién es esta amargura!
    Oh, Sol, llévala tú que estás muriendo,
    y cuelga, como un Cristo ensangrentado,
    mi bohemio dolor sobre su pecho.
    El valle es de oro amargo;
    y el viaje es triste, es largo.

    Oyes? Regaña una guitarra. Calla!
    Es tu raza, la pobre viejecita
    que al saber que eres huésped y que te...

  • (En el día de mi natalicio)

    En este día, como la aurora al mundo,
    me mandaste, Señor;
    yo te bendigo Espíritu fecundo,
    Supremo Creador.

    Dichoso o infeliz, Luz de la vida,
    mi voz te cantará;
    regocijada el alma o abatida
    siempre te ensalzará.

    En el dolor, que ilustra y santifica,
    bendigo tu bondad;
    en la fe, que...

  • Noche sin luna
    y yo aquí.
    Ni velamen ni vientos,
    ovillado en la noche
    interrogante signo sin frase

    Y este dolor
    sin raigambre en las cosas
    —fantasma sin memoria—
    ¿vino de un mundo donde no hay ojos,
    que velen a la muerte?

    Quiero solamente,
    en bautismos de alegría y de dolor,
    apretarme a la Tierra
    bajo el ala...

  • Señor, tu nombre santo
    celebra la voz mía
    en armonioso canto,
    cuando brilla la luz del nuevo día.

    Tú mandaste a tu sol que disipara
    las sombras de la noche, y obediente
    por la inflamada esfera
    emprende su magnífica carrera.

    Vida, belleza, acción, todos los seres
    recobran ya; la tierra se engalana
    de flores, y presenta
    una...