• ¡Madre Locura! Quiero ponerme tus caretas.
    Quiero en tus cascabeles beber la incoherencia,
    y al son de las sonajas y de las panderetas
    frivolizar la vida con divina inconsciencia.

    ¡Madre Locura! Dame la sardónica gracia
    de las peroraciones y las palabras rotas.
    Tus hijos pertenecen a la alta aristocracia
    de la risa que llora, danzando alegres jotas....

  • Madre, madre, cansado y soñoliento
    quiero pronto volver a tu regazo;
    besar tu seno, respirar tu aliento
    y sentir la indolencia de tu abrazo.

    Tú no cambias, ni mudas, ni envejeces;
    en ti se encuentra la virtud perdida,
    y tentadora y joven apareces
    en las grandes tristezas de la vida.

    Con ansia inmensa que mi ser consume
    quiero apoyar las...

  • Me miraste, alma mía,
    y fue tal mi alegría
    y es mi pasión tan loca,
    que sentir me parece todavía
    el beso de tus ojos en mi boca.

  • ¿Me quieres?... ¡Que tu acento me lo diga
    ante aquel sol que muere en el ocaso!
    Tú, que mitigas mi pesar... ¡mitiga
    esta fiebre voraz en que me abraso!

    Tembló su labio y balbució: ¡Lo juro!

    Sus tachonadas puertas entreabría
    la muda noche en la extensión vacía:
    y en mi espíritu lóbrego y oscuro...
    en aquel mismo instante amanecía!

  • Los brazos de Damón y Galatea
    nueva Troya, torciéndose, formaban
    (que yo lo vi, viniendo de la aldea);
    sus bocas se abrazaban
    y las lenguas trocaban.
    En besos a las tórtolas vencían;
    las palabras y aliento se bebían
    y en suspiros las almas retozaban.
    Mas él, estremeciéndose, decía:
    “¡Ay, muero, vida mía!”
    Y ella, vueltos los ojos, le...

  • Tu tez rosada y pura; tus formas gráciles
    de estatua de Tanagra; tu olor de lilas;
    el carmín de tu boca de labios tersos;
    las miradas ardientes de tus pupilas;
    el ritmo de tu paso; tu voz velada;
    tus cabellos que suelen, si los despeina
    tu mano blanca y fina, toda hoyuelada,
    cubrirte con un rico manto de reina;
    tu voz, tus ademanes, tú... no te...

  • ¿Qué dices, Laura, de esta flor? ¡Qué hermosos
    sus pétalos en lustre y en color!
    Mira con qué arte agrúpanse graciosos
    del frágil tallo asidos al redor.

    Empero, ve de un soplo disipada
    tanta hermosura... ¡Efímero primor!
    ¿Qué ves ya de la flor? El tallo... nada,
    porque en no habiendo pétalos, no hay flor.

    Ahora, Laura, dime: ¿De qué el...

  • Agosto de 1920
    (Vega de Zujaira)

    Junta tu roja boca con la mía,
    ¡Oh Estrella la gitana!
    Bajo el oro solar del mediodía
    Morderá la manzana.

    En el verde olivar de la colina
    Hay una torre mora
    Del color de tu carne campesina
    Que sabe a miel y aurora.

    Me...

  • "Ansioso un higo comía
    -cuenta a Gil el viejo Arbelo-
    y, ¡tris!, saltó un diente al suelo
    de sólo tres que tenía."

    "Es bien raro el accidente
    estando maduro el higo."
    Y aquel contestóle: "Amigo,
    más maduro estaba el diente."