• SI en las tranquilas horas de la tarde,
    Del viento en el monótono sonar,
    Oís entre las hojas de los árboles,
            Gemir ó suspirar,

    Y os parece ilusión de los sentidos
    Y que es rumor de hojas nada más;
    Pensad en los que lloran en el mundo
            Con angustioso afán,

    Y sabréis como el viento ha arrebatado
    Al tedio, á la miseria, á la...

  • Pues, señor, el otro día
    vino un tío a visitarme
    y sigue con la manía
    de venir a marearme.

    Con su charla singular
    la sangre misma me enciende;
    charla y charla sin cesar,
    ¡pero cualquiera lo entiende!...

    Tiene él un prado inmediato
    a una linda huerta mía,
    y ayer fui a su casa un rato
    a ver si me lo vendía.

    "Tío Fabián,...

  • Los difuntos viejos.jpg

    Yo no amo a los que viven, «putrefacción andante»,
    yo busco a los que moran de la ciudad muy lejos,
    ...

  • Había gran asamblea de hadas para proceder al reparto de dones entre todos los recién nacidos llegados a la vida en las últimas veinticuatro horas.

    Todas aquellas antiguas y caprichosas hermanas del Destino; todas aquellas madres raras del gozo y del dolor, eran muy diferentes: tenían unas aspecto sombrío y ceñudo; otras, aspecto alocado y malicioso; unas, jóvenes que habían sido...

  • Introducción
    ¡Salud, Genio, salud! Yace la muerte
    a tus plantas llorando tu victoria...
    ¡Quiero en la tierra padecer tu suerte,
    por alcanzar tu deslumbrante gloria!

    Es el artista un sol que se levanta
    sobre el mundo, y eterno resplandece;
    en la virtud su lumbre, se abrillanta
    y en el rostro del crimen se ennegrece.

    Y allá en el...

  • Las flores siguen creciendo,
    Las aguas siguen su marcha,
    Sigue el sauce dando sombra,
    Sigue el pájaro en sus ramas.
    Sigue la brisa apacible
    Y al verde follaje arranca
    Esa tímida armonía
    Que solo percibe el alma.
    Mas yo he seguido hasta aquí,
    Y es tiempo de decir basta,
    Porque las penas son mías
    Y soy dueño de ocultarlas.
    ...

  • I
    No bulle
    la selva;
    el campo
    no alienta.
    Las luces
    postreras
    despiden
    apenas
    destellos,
    que tiemblan.
    La choza
    plebeya,
    que horcones
    sustentan;
    la alcoba,
    que arrean
    cristales
    y sedas;
    al sueño
    se entregan.
    Ya es todo
    tinieblas.
    ¡Oh noche
    ...

  •     Palacios y chozas,
     Campos y ciudad,
     Brutos, aves, hombres,
     Todo duerme ya;
        
        Que cubren las sombras
     Del cielo la faz,
     Y guardan silencio
     Los vientos y el mar.
        
        Sólo un rumor se percibe,
     Vago, débil y fugaz
     El aliento de la noche,
     Que llena la inmensidad;
        
        Y cual un alma...

  • Diciembre de 1918
    (Granada)
    A Ramón P. Roda

    Hay dulzura infantil
    En la mañana quieta.
    Los árboles extienden
    Sus brazos a la tierra.
    Un vaho tembloroso
    Cubre las sementeras,
    Y las arañas tienden
    Sus caminos de seda
    -Rayas al cristal limpio
    Del...