• Decidme, zagales,
    ¿qué fuerza tendrán
    los ojos de Lesbia,
    que así me hacen mal?
    Desde que los vide
    ni sé descansar;
    perdí mi reposo,
    no puedo parar.
    Sin duda que fuego
    oculto tendrán,
    pues, cuando me miran,
    me siento abrasar.
    Mas no da este fuego
    incomodidad,
    sino solamente...
    no lo sé explicar.
    ...

  • Si algún galán o mozuelo
    Dijere con voz confusa
    Que es embustera mi musa,
    Que se lo cuente su abuela.

    Si el sastre más afamado,
    Cuando traza algún vestido,
    Asegura que ha cumplido
    Con la palabra que ha dado;
    Y que siempre que ha cortado,
    Para si no guardó tela,
    Que se lo cuente a tu abuela.

    Si por honrar su espadín
    Cita...

  • El río dijo al sauce: «Yo soy la vida y, en mi incesante correr, renuevo emociones».

    El sauce dijo al río: «Yo soy el poeta, ¿no ves como te embellezco, rezando sobre ti las estrofas de mis ramas?»

    Dijo el río: «Pues ven conmigo, tú me darás la belleza de tu canto, yo el encanto de nuevas bellezas».

    Y aceptó el sauce; pero en la primer caída, la frágil armazón de verdura...

  •  — Ya es hora, prima: las nueve.
    Empieza, pues, la lectura.
    Ruge el viento afuera: llueve,
    y el viejo caño murmura
    un son constipado... un son...
    Empieza ya, que la abuela
    te ha prometido atención.
    Abre la dulce novela
    donde tanta bella historia
    nos cuenta el novelador,
    que cuando...

  • Li-Po, uno de los "Siete Sabios en el Vino"
    Fue un rutilante brocado de oro:
    Como una taza de jade, sonoro,
    Su infancia fue de blanca porcelana,
    Su loca juventud
    Un rumoroso bosque de bambús,
    Lleno de garzas y de misterios;
    Rostros de mujeres en la laguna,
    Ruiseñores embrujados por la luna
    En las jaulas de los salterios,
    ...

  • TRISTE como el esclavo gemebundo,
    Muda como la víctima inocente,
    Mi patria, al peso de dolor profundo,
    Al férreo yugo doblegó la frente.

    Mas una voz que conmoviera el mundo
    Oyen los hijos de Anahuac doliente,
    Y ¡gloria! gritan en seguro puerto.
    Libres como las aves del desierto.

  • Tierra de amor, América divina,
    también tu nombre endulzará mi labio,
    cual endulzó mi pecho candoroso,
    en años de amargura,
    tu clima deleitoso.
    Allá en la orilla del suave río
    que la ciudad divide de los Reyes,
    yo vi el dolor impío
    sobre mi frente virginal y pura
    descargar...

  • Cada cinta de fuego
    que, en busca del Amor,
    arrojo y vibra en rosas lamentables,
    me da a luz el sepelio de una víspera.
    Yo no sé si el redoble en que lo busco,
    será jadear de roca,
    o perenne nacer de corazón.

    Hay tendida hacia el fondo de los seres,
    un eje ultranervioso, honda plomada.
    La hebra del destino!
    Amor desviará tal ley de...

  • La dulce final hora
    de mi vivir anhelo, cual anhela
    el rayo de la aurora
    cansado centinela
    que en larga noche solitario vela.
    O cual la patria ansía
    el desterrado, el puerto el marinero,
    el fin del lento día
    rendido jornalero,
    la cara libertad el prisionero.
    Fiero insomnio es mi vida,
    largo viaje, durísima faena,
    prisión...

  • Mi queja abre la pulpa
    del corazón divino
    y su estremecimiento
    aterciopela
    el musgo de la tierra.

    Un ámbar agridulce
    destilado de las
    flores cerúleas
    cae a mojar
    mi labios sedientos.

    Ríos de sangre
    bajan de mis manos
    a salpicar el rostro
    de los hombres.
    Sobre la cruz del tiempo
    clavada estoy.

    El...