• I

    Flor se llamaba: flor era ella,
    flor de los valles en una palma,
    flor de los cielos en una estrella,
    flor de mi vida, flor de mi alma.

    Era más suave que blando aroma;
    era más pura que albor de luna,
    y más amante que una paloma,
    y más querida que la fortuna.

    Eran sus ojos luz de mi idea;
    su frente, lecho de mis amores;
    sus...

  • Hay una flor de una penca,
    Que se abre a media noche,
    Y sólo pocos minutos:
    Como pa que no la vean.

    Bien puede ser, le suceda
    Que no teniendo ni nombre,
    Ande con miedo del mundo,
    Que tam fácil disprecea...

    Si es güena tu condición,
    Sos lo mesmo que cualquiera:
    Con nombre o sin nombre: flor.

  • - ¿ Otra vez te sumergiste en las estrellas
    Y en nubes y en altos cielos ?
    Si por lo menos no me olvidarías,
    Tú, el alma de mi vida.

    En vano ríos de sol
    Recoges en tu pensamiento
    Y llanuras de Asiria
    Y mares oscurecidos;

    Las pirámides antiguas
    Suben con su cumbre al cielo -
    ¡ No busques en la lejanía
    Tu felicidad, mi amor !...

  • ¡Ah, me parece mentira
    que haya mi boca libado
    en esa flor de granado,
    en esa flor… que suspira!

    No es cierto, mi alma delira,
    pues si la hubiese besado,
    se habría esa flor secado
    de mis labios en la pira!

    Pero, es verdad, niña amada,
    que mi boca hizo su nido
    en esa flor escarchada.

    Mi labio, está dolorido…
    tiene una...

  • Esta noble sentencia
    Que tengo en blanco mármol ya esculpida,
    me dijo un sabio de ática elocuencia
    Que recuerda a Platón: "la inteligencia
    Es la flor de la vida".

  • En el nuevo jardín de mis amores
    y entre sus laberintos más espesos,
    enojos dando a pudibundas flores,
    con vivos y purpúreos resplandores,
    se abrió el rojo capullo de los besos.

    Y aquellas flores castas: las ternuras,
    las confidencias, al sentirse solas
    por mi abandono, avergonzadas, puras,
    ante la flor sangrienta, sus blancuras...

  • A Antonio Moreno y Oviedo.
    Mujer que recogiste los primeros
    frutos de mi pasión, ¡con qué alegría
    como una santa esposa te vería
    llegar a mis floridos jazmineros!

    Al mirarte venir, los placenteros
    cantares del amor desgranaría,
    colgada en la risueña galería,
    la jaula de canarios vocingleros.

    Si a mis abismos de tristeza bajas
    y si...

  • I

    Ayer me diste una flor,
    una flor a mí, señora,
    que no consagré una hora
    ni al más poderoso amor.
    ¿Flores a mí? ¡si es mejor!,
    en un páramo arrojarlas,
    o tú no sabes amarlas,
    o al sentir mi pecho yerto,
    sobre la tumba de un muerto,
    has querido abandonarlas.

    II
    ...
  • Florecerán las rosas... pero al cierzo
    del invierno estarán descoloridas.

    Al contemplarlas mustias,
    cual enjambre de negras mariposas
    se posarán en tu alma
    los recuerdos de dichas que ya huyeron,
    de muertas ilusiones.

    Y evocaras, a solas,
    mis instantes de angustia, de hondo anhelo,
    de un poco de tu amor que no llegaba
    y el mundo de...