• Marcho día y noche
    como un parque desolado.
    Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos;
    miro el cielo y su hierba que aprende a cantar;
    miro el campo herido a grandes gritos,
    y el sol en medio del viento.

    Acaricio mi sombrero lleno de luz especial;
    paso la mano sobre el lomo del viento;
    los vientos, que pasan como las semanas;
    ...

  • En un overo rosao,
    Flete nuevo y parejito,
    Caía al bajo, al trotecito,
    Y lindamente sentao,
    Un paisano del Bragao,
    De apelativo Laguna:
    Mozo jinetazo ¡ahijuna!,
    Como creo que no hay otro,
    Capaz de llevar un potro
    A sofrenarlo en la luna.

    ¡Ah criollo! si parecía
    Pegao en el animal,
    Que aunque era medio bagual,
    A la...

  • Fealdad y pobreza son esos dos compañeros

    Cuyas huellas crueles las encuentro siempre

    En cualquier cara y en cualquier cosa me atrevo amar...

    Amé a lo mejor cantar, quise con él robar

    Un alma dulce, un alma solo para mí...

    Volaron cara y canción - ¡ fealdad y pobreza !

    Porque lo que no tienes en el momento cuando lo deseas

    Se convierte en malo...

  • I

    Mucho más alto que los anchos valles,
    honda vivienda de la grey humana,
    mucho más alto que las altas torres
    con que los hombres a los siglos hablan;
    mucho más alto que la cumbre arbórea,
    llena de luz, de la colina plácida;
    mucho más alto que la alondra alegre
    cuando en los aires la alborada canta,
    mucho más alto que la línea oscura...

  • «¡Adán, Adán, un beso!», dijo, y era
    que en una dolorosa sacudida,
    el absurdo nervioso de la vida
    le hizo temblar el dorso y la cadera...

    El iris floreció como una ojera
    exótica. Y el «¡ay!» de una caída
    fue el más dulce dolor. Y fue una herida.
    La más roja y eterna primavera...

    «¡Adán, Adán, procúrame un veneno!»,
    dijo, y en una...

  • A Guillermo Labarca Hubertson.

    El porte grave, el porte de esta robusta vaca
    de cuernos recortados, el aire distinguido
    de ésta que es corniabierta y ésta que es tan retaca,
    manchan el pasto alegre donde rumia el marido.
    Sopla un aire robusto. ¡Salud, señor paisaje!
    ¡Es usted tan potente! ¡Y es usted tan salvaje!

    El toro de ancha testa...

  •     Tienes esa elegancia lánguida y exquisita
    de las pálidas vírgenes que pintó Burne Jones;
    y así pasas, como una visión prerrafaelita,
    por los parques floridos de mis vagas canciones...

        Y si el cielo azulado tu mirar extasia
    cuando el poniente riega sus fantásticas flores;
    eres como esos ángeles, que alabando a María,
    se ven en los retablos de...

  • Sobre el rojo diván de seda intacta,
    con dibujos de exótica graminea,
    jadeaba entre mis brazos tu virgínea
    y exangüe humanidad de curva abstracta...

    Miró el felino con sinuosa línea
    de opalo; y en la noche estupefacta,
    desde el jardín, la Venus curvilínea
    manifestaba su esbeltez compacta.

    Ante el alba, que izó nimbos grosellas,
    ajáronse...

  • FIDELIA

    Et dans chaque feuille qui tombe
    Je vois un présage de mort.
    ...

  • Desgranamiento de rubíes
    y crujidos de seda rosa,
    romper de gasas carmesíes
    y de púrpura temblorosa.

    Ópalos, granas y berilos
    en las ondas aurirrizadas,
    que a las rocas de duros filos
    dejan de luces consteladas.

    Sobre los riscos y peñones
    se diría que alguien hubiera
    volcado las constelaciones
    o prendido la Primavera.

    ...