• No me hables esta noche; solo ansío
    que me beses y abraces con locura;
    que se junte tu labio con el mío;
    que mis brazos opriman tu cintura
    y que cierres los ojos… Tengo frío!

    No me hables esta noche ¡Oh, mi adorada!
    Yo solo quiero en medio del reposo,
    el ardor de tu carne sonrosada,
    el roce de tu mano delicada
    y el ámbar de tu aliento...

  • ¡ESPLÉNDIDA mansión, recinto umbroso
    De silencio y de paz augusto templo:
    De tu imponente majestad ansioso,
    Extático y absorto te contemplo!

    Asiento ya mi planta en tus umbrales,
    Ávido de gozar, negra caverna;
    Y huyendo las visiones mundanales,
    Medito solo en tu tíniebla eterna....

    La mente se consagra enajenada
    De tu esencia al misterio...

  • En la desnuda tierra del camino
    la hora florida brota,
    espino solitario,
    del valle humilde en la revuelta umbrosa.
    El salmo verdadero
    de tenue voz hoy torna al corazón, y al labio,
    la palabra quebrada y temblorosa.
    Mis viejos mares duermen; se apagaron sus
    espumas sonoras
    sobre la playa estéril. La tormenta
    camina lejos en la nube...

  • En la huerta nasce la rosa:
    quiérome ir allá
    por mirar al ruiseñor cómo cantavá.

    Por las riberas del río
    limones coge la virgo.

    Quiérome ir allá,
    para ver al ruiseñor
    cómo cantavá.

    Limones cogía la virgo
    para dar al su amigo.

    Quiérome ir allá,
    para ver al ruiseñor
    cómo cantavá.

    Para dar al su amigo
    en un...

  • ¡Grandeza de los hombres ilusoria!
    ¿Qué valió que fortuna
    de oro te diera y de marfil la cuna?
    ¿Qué valió que te diera una victoria,
    cual presagio feliz, el fausto nombre,
    ni que gozara tu engreída infancia
    de cuantos bienes apetece el hombre?
    ¿Qué valió que a tu padre esclarecido,
    y tu esposo después vieras alzado
    a la más alta cumbre del...

  • Señor, Señor, el pueblo que te adora,
    bajo el peso oprimido
    de tu cólera santa, gime y llora.
    Ya no hay más resistir: la débil caña
    que fácil va y se mece
    cuando sus alas bate el manso viento,
    se sacude, se quiebra, desparece
    al recio soplo de huracán violento.
    Así tu ira, Señor, bajo las formas
    de asoladora peste y hambre y guerra,
    ...

  • .............................
    Porque al abrirse las puertas
    Del misterioso ataúd
    Hallan paz, vida y contento
    Los que mueren como tú.

    Zorrilla.

    TIERNO botón que en el pensil florido
    Tus matices apenas ostentabas,
    Y en la rama flexible,
    A impulso de las brisas odorantes,
    Con muelle oscilación te...

  • Sola esta vez quisiera,
    bellísima Amarili, me escucharas,
    no por ser la postrera
    que he de cantar afectos suspendidos,
    sino porque mi voz de ti confía
    que esta vez se merezca a tus oídos
    por lastimosa, ya que no por mía.

    No tanto liras hoy, endechas canto;
    no celebro hermosuras,
    porque hermosuras lloro;
    quien tanto siente que se...

  • También sobre la tumba que cubre tus cenizas
    resuenen, pobre amigo, los ecos de mi voz,
    y lejos del bullicio de mundanales risas
    llorando te dirijo mi postrimer adiós.

    También, querido amigo, mis trémulos acentos
    agiten temblorosos las flores de tu sien,
    y unidos al sublime gemido de los vientos
    se lleven a los cielos mi súplica también.

    Si...

  • ¿Y eres tú Dios? ¿A quién podré quejarme?
    inebriado en tu gloria y poderío.
    ¡ver el dolor que me devora impío
    y la mirada de piedad negarme!

    Manda alzar otra vez por consolarme
    la grave losa del sepulcro frío,
    y restituye, oh Dios, al seno mío
    la hermana que has querido arrebatarme.

    Yo no te la pedí. ¡Qué! ¿es por ventura
    ...