• Palma, no te enorgullezcas
    de superar en altura
    a los laureles y almendros
    sobre cuyas copas triunfas.
    La tempestad se avecina,
    y cuando el rayo fulgura,
    las frentes menos enhiestas
    son las que están más seguras.

    No te ensoberbezcas, rosa,
    porque brillas y perfumas,
    y en el jardín y en el prado
    reinas, excedes y ofuscas....

  • Casóse Dora la bella

    con Dido, y Dido intentó,

    la noche que se casó,

    hacerle un hijo, hijo de ella.

    Como pasó mala noche

    aquella en que fue casada,

    se levantó al otro día con

    toda la cara ajada.

    Desde que le vio su padre

    con el semblante perdido,

    enojado le pregunta:

    -¿Quién te ha casado, hijo Dido?...

  • Dormir no me trae felicidad,
    nunca mueren las evocaciones;
    mi alma se entrega a la miseria
    y vive en exhalaciones.

    Dormir no me trae descanso;
    las sombras de los fallecidos
    nunca veo al despertar
    rodeando mi lecho frío.

    Dormir no me trae esperanza;
    cuando esté durmiendo vendrán,
    y con sus tétricas imágenes
    ahondarán la...

  • Olas, viento y espumas,
    cielo y agua;
    el sol, tras de las brumas,
    muere en su roja y gigantesca fragua.

    Una nívea gaviota
    que se aleja
    en el aire la nota
    de un grito agudo y penetrante deja.

    Yo solo, en la baranda
    del navío
    que cruje y tiembla y anda
    penosamente sobre el mar, sonrío
    y pienso en ti, y en mis pestañas...

  • I. LO ESCRITO EN EL LIBRO DE EL

    Así se hace uno querer.
    ¡Cuanto gusto a aquella fatua
    con mis posturas de estatua!
    Miro... y mira... Al fin, mujer.
    Escribe para hacer ver
    que tiene las manos bellas.
    ¿Se va? Pues sigo sus huellas,
    porque prueba su rubor
    que ya está muerta de amor.
    ...

  • Yo a Enriqueta le diría
    que su gracia me subyuga,
    que me encanta su talento,
    y hasta su nombre me gusta...

    Mas temo que Margarita,
    al escucharme, presuma
    que la agravio, y el respeto
    me deja la lengua muda.

    Yo también a Margarita,
    en más feliz coyuntura,
    de sus muchas perfecciones
    pudiera elogiarle algunas...

    Pero temo...

  • Dos paisajes: el uno soñado
    y el otro vivido.
    ¡Cuán amarga, sin sueños, me fuera
    la vida que vivo!

    Era un trozo de tierra jurdana
    sin una alquería;
    era un trozo de mundo sin ruido,
    de mundo sin vida.

    Era un campo tan solo, tan solo
    como un cementerio,
    donde más hondamente se sienten
    los hondos silencios.

    Madroñeras,...

  • Esta noche al oído me has dicho dos palabras
    Comunes. Dos palabras cansadas
    De ser dichas. Palabras
    Que de viejas son nuevas.

    Dos palabras tan dulces, que la luna que andaba
    Filtrando entre las ramas
    Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
    Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
    Moverme para echarla.

    Tan dulces dos palabras...

  • Dos palomas yo vi que se encontraron
    cruzando los espacios
    y al resbalar sus alas se tocaron...

    Cual por magia tal vez, al roce leve
    las dos se estremecieron,
    y un dulce encanto, indefinible y breve,
    en sus almas sintieron.

    Y torciendo su marcha en un momento
    al contemplarse solas,
    se mecieron alegres en el viento
    ...

  • Mes de alegría. Brisas de aromas
    y melodías tuvo al llegar;
    galas variadas las mariposas,
    pureza el fuego, grandeza el mar;
    y esas lágrimas
    que no son tristes,
    ¡la mocedad!

    Mes de tristeza. La calavera
    tuvo el misterio en su mirar;
    monotonía los arenales,
    fin presto el humo, pena el llegar;
    y esa sonrisa
    que no es alegre...