Dos amarguras de distinta fuente

Olas, viento y espumas,
cielo y agua;
el sol, tras de las brumas,
muere en su roja y gigantesca fragua.

Una nívea gaviota
que se aleja
en el aire la nota
de un grito agudo y penetrante deja.

Yo solo, en la baranda
del navío
que cruje y tiembla y anda
penosamente sobre el mar, sonrío
y pienso en ti, y en mis pestañas brilla,
pura y sola,
una lágrima, rueda en mi mejilla…
Y cae en las arrugas de una ola.

Y allá van… ola y llanto
juntamente:
¡Dos símbolos eternos de quebranto!
¡Dos amarguras de distinta fuente!

Collection: 
1887

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De noche, bajo el cielo desolado,
pienso en tu amor y pienso en tu abandono,
¡y miro en mi interior deshecho el trono
que te alcé como a un ídolo sagrado!

¡Al ver mi porvenir despedazado
por tu infidelidad, crece mi encono!
Mas, como sé que sufres, te perdono...

Dime: cuando en la noche taciturna,
la frente escondes en tu mano blanca,
y oyes la triste voz de la nocturna
brisa que el polen de la flor arranca;

cuando se fijan tus brillantes ojos
en la plomiza clámide del cielo...
y mustia asoma entre tus labios rojos...

¡Y no temblé al mirarla! El tiempo había
su tez apenas marchitado; hacía
tanto... que ni de lejos la veía...

Vago tinte de aurora su semblante
inundó de repente, en el instante
en que me vio tan cerca... y tan distante!...

Las luchas interiores, no los años...

¡Amad la muerte, amadla!... ella procura
el supremo descanso, ella nos guía
en el camino del silencio, es fría
pero buena… ella mata l‘amargura!

Ella es la maga de la sombra… es pura
y eterna… y todos la llamáis impía!
Por qué? ¿Porque nos besa en l‘agonía...

Melancólica reina pudibunda
que vagas por los ámbitos del cielo
como un místico témpano de hielo
entre la negra oscuridad profunda.

En esta noche en que tu faz circunda
un halo transparente como el velo
de las vírgenes novias, un anhelo,
azul y enorme...