Eres feliz, nevada consejera:
tú conoces sus gracias virginales,
y en tu seno amoroso
se desata su rubia cabellera.
Tú, que de sus pupilas celestiales
bebes perlas tan claras como el día,
y el néctar delicioso
apuras de sus labios de ambrosía;...
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Ya se acerca, amor mío, Como tórtola viuda |
Triste, en la noche solitaria y fria Tu seno implora mi abrasada frente |
Portas al cuello la gentil nobleza Hay en tus rasgos acritud y alteza, |
Tú no sabes, más yo he soñado |
¡Ah! ¿Qué mucho que al Sol que subía No cayera por brusca pendiente, |
Nocturno canto de amor
Blanco jazmín entre tules
Coloración singular |
Como en la soledad de su conciencia |
Cansado vengo y sediento
Sirviéndome van de guia ¡Ah, sí; ya veo tus chopos... |
YA Febo rubicundo Ya las sombras cual fúnebres crespones |