Cuando la griega juventud volaba
al campo de la gloria,
y al macedón guerrero arrebataba
el sangriento laurel de la victoria:
¿quién a blandir la fulminante lanza
robusteció su brazo?
En el estrago de feroz matanza
¿quién su pecho alentó, quién, sino el...

¡Salve, oh La Rosa! ¡salve oh Taramona!
¡Pareja heroica que alentaba una alma,
a quien dio la Amistad su noble palma,
y dio la Gloria su inmortal corona!
De sublime amistad nunca igualada
os enlazaba tan estrecho nudo,
que ni cortarlo de la Muerte pudo
...

Virgen celeste, ¿cuándo
será que, mitigando
tan severos enojos,
vuelvas a mí los compasivos ojos?
Ya siete veces el Abril rïente
de verdes hojas coronó las plantas
y de pintadas flores, y otras tantas
cubrió de nieve el suelo tristemente
el frío...

Bien parece que, al crearte,
no te dio la suma diestra
tan celestial hermosura
y gracia tan halagüeña,
sino por negarte dichas
y alegres horas serenas,
de éstas así descontando
lo que prodigó en aquéllas:
pero, ¿cuándo, dime, cuándo
no fue...

En la Venus de Médicis el arte
Previó cuanto hay en ti, menos la túnica.
Irreprochable desnudez imparte
Al mármol gracia vencedora y única.

No te des al acaso. Dios no envía
La suprema beldad a cualquier gusto.
¡La manda para ser en la porfía
botín al...

Tu dulce voz, oh Justa, me convida
a levantar los ojos de la mente
a la segunda perdurable vida,
aspirando a ese gozo permanente
que no cansa jamás, ni mezcla alguna
se dolor o de mal en sí consiente.
¡Ay! desde que la pérfida fortuna
en flor cortó las...

Huye la dorada puerta
de una existencia que ignoras,
que en este Edén que ya adoras,
no entre lirios se despierta.
Si en tu cándido delirio
te place nuestra existencia,
nunca sepa tu inocencia
que esta vida es... el martirio.

Traigo por la cadena un bello tigre hircano
Que a tu neurosis, harta de júbilos de miel,
Inspira un acre gusto: el de pasar la mano
Por la incitante felpa de la vistosa piel.

Felino que figura el estro a que sonríes,
El numen que me alienta, gallardo y fiero al...

A ti me acojo, soledad querida,
en busca de la paz que mi alma anhela
en su ya inquieta y procelosa vida;
mi nave combatida
por la borrasca de la mar del mundo,
esquiva ya su viento furibundo,
y en busca de otro viento sosegado
dirige a ti su desgarrada...

Desde que el gran Rafael
dio al mundo, la maravilla
de la Virgen de la Silla,
trasladarla en copia fiel
procura en vano el pincel,
el buril procura en vano;
que no fue dado a otra mano
igualar la perfección
y la celeste expresión
de aquel...