A la Rosa y Taramona

¡Salve, oh La Rosa! ¡salve oh Taramona!
¡Pareja heroica que alentaba una alma,
a quien dio la Amistad su noble palma,
y dio la Gloria su inmortal corona!
De sublime amistad nunca igualada
os enlazaba tan estrecho nudo,
que ni cortarlo de la Muerte pudo
la inexorable, apartadora espada.
Juntos ceñisteis el acero fuerte,
juntos entrabais en la lid reñida;
y como juntos os miró la Vida,
juntos también os recibió la Muerte;
cuando, por no rendiros al hispano
bando, que con el número os acosa,
buscó vuestro valor tumba gloriosa
en el seno del túrbido océano.
Brazos ligando con estrecho lazo,
al mar caísteis: su furor violento
pudo arrancaros el vital aliento,
mas no romper vuestro postrer abrazo.
¡Oh mar que banas la sedienta Iquique,
que fuiste por tal sangre enrojecido,
tu tumultuoso estruendo y tu bramido
tan grande hazaña sin cesar publique!
Y, como voces de venganza airadas,
recordadnos también, rugientes olas,
la crueldad de las armas españolas,
de lejos en los héroes enseñadas!
¡Oh patria mía! con soberbia pompa
a tus divinos mártires levanta
pirámide sublime, a cuya planta
el mar sus ondas rebramando rompa.
Y con sus lenguas de agua, eternamente
a Taramona y a La Rosa cante
en confuso murmurio, semejante
a los clamores de infinita gente.
Y el son del atambor y la trompeta
imite, y del cañón el estampido,
más dulces de los héroes al oído
que música amorosa en noche quieta.
Y los peñascos azotando, mienta
el choque, y el estrépito y las voces
de encontrados ejércitos feroces,
y el tumulto y horror de lid sangrienta.
Y el que del mar recorra los desiertos,
mostrando el mármol que a lo lejos brilla:
«Juntos yacen, exclame, en esa orilla
dos tiernos héroes por su patria muertos».

Febrero 23, aniversario de la muerte de estos dos héroes.

Collection: 
1855

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