Amada, estoy alegre: ya no siento
la angustiosa opresión de la tristeza:
el pájaro fatal del desaliento
graznando se alejó de mi cabeza.

 Amada, amada: ya, de...

 Pues, aquí estoy, señores. Pues... yo soy Andresillo,
¿no recuerdan ustedes? Yo soy aquel chiquillo
a quien el gran Quijote librara cierto día
— porque ahí encajaba bien su caballería —
de la nube de palos, que mi amo...

 La costurerita que dio aquel mal paso...
— y lo peor de todo, sin necesidad —
con el sinvergüenza que no la hizo caso
después... — según dicen en la vecindad —

 ...

 ¡Tienes una voz tan dulce!...
Yo no sé por qué será:
te oímos y nos dan muchas
ganas de quererte más.
Tienes una voz tan dulce
y una manera de hablar,
que aunque a veces tú también
estés triste de...

 La enferma abrió los ojos cuando la hermana,
que aún no ha descansado ni un solo instante,
decía sus temores al practicante
que pasa la visita de la mañana.

 ...

 Un poco paliducha y adelgazada,
— ¡estuvo tan enferma recientemente! —
caminando de prisa por la asoleada
vereda, va la rubia convaleciente

 que, con rumbo a...

 Porque en las partituras de su garganta
ella orquesta la risa con el lamento,
porque encierra una musa que todo canta,
es la polifonista del sentimiento.

 Por la...

 Les tiene preocupados y tristes la tardanza
de la hermana. Los niños no juegan con el gato,
ni recuerdan ahora lo de la adivinanza
que propusiera alguno, para pasar el rato.

...

 Así anda la pobre, desde la fecha
en que, tan bruscamente, como es sabido,
aquel mozo que fuera su prometido
la abandonó con toda la ropa hecha.

 Si bien muchos...

 En un largo alarido de tristeza
los heraldos, sombríos, la anunciaron,
y las faunas errantes se aprontaron
a dejar el amor de la aspereza.

 Con el Genio del...