Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
...

Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual.

1. En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
...

Cuando contemplo el cielo
de innumerables luces adornado,
y miro hacia el suelo,
de noche rodeado,
en sueño y en olvido sepultado,

el amor y la pena
despiertan en mi pecho un ansia ardiente;
despiden larga vena
los ojos hechos fuente,...

A que admires extático conmigo
de estiva noche la beldad extraña,
con presta planta sube
al techo de la nave, dulce amigo:
en la mitad del cielo, que no empaña
la más delgada transparente nube,
brilla la blanca luna,
y en la mar que parece ancha laguna,...

Sangriento el sol corona la alta cumbre,
y mustio, al despedirse de la tierra,
se amortaja con sábanas de lumbre
y expira como un dios tras de la sierra!

La tarde entorna los cansados ojos,
y al sucumbir, doliente y abrasada,
cual sobre inmensos almohadones...

Reina la noche: con silencio grave
gira los sueños en el aire vano;
cándida, pura, el silencioso llano
viste la luna de su luz suave.
¡Hora de paz!... Aquí, do a nadie miro,
en esta cumbre, alzado,
heme, Señor, del mundo abandonado.

¡Cómo embelesa la...

¿Qué dirás esta noche, pobre alma solitaria,
Qué dirás, corazón mío, corazón otrora marchito,
A la hermosísima, a la buenísima, a la carísima,
Cuya divina mirada de pronto te ha reflorecido?

—Emplearemos nuestro orgullo entonando sus loas,
Nada vale la dulzura de...

Una noche que estaba junto a una horrible judía,
Como a la vera de un cadáver, un cadáver tendido,
Me dediqué a pensar, cerca de aquel cuerpo vendido,
En la triste belleza de la que mi deseo se priva.

Me representé su majestad nativa,
Su mirada de vigor y de...

Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra...