Yo, aquel que la Academia no ha premiado,
ni de Bouillón el bárbaro diarista,
ni el bonazo Guarinos ha elogiado;
cuando me pica soy también coplista,
y enhilo a millaradas consonantes,
cual pudiera el más diestro repentista.
Que del seco Forner no los tajantes
reveses me amendrentan; no el graznido
de la chusma de cuervos...