• Yo estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia
    Hay la espera de mí mismo
    Y esta espera es otro modo de presencia
    La espera de mi retorno
    Yo estoy en otros objetos
    Ando en viaje dando un poco de mi vida
    A ciertos árboles y a ciertas piedras
    Que han esperado muchos años

    Se cansaron de esperarme y se sentaron

    Yo no estoy y estoy
    ...

  • Subió la Infanta a la terraza,
    a la sombra del abedul,
    y delataron su presencia
    mariposas de alas de tul.

    Irguió columnas de diamante
    el melodioso surtidor,
    soñanado serle blanda alfombra
    agonizó más de una flor.

    Para poder en sus pestañas
    de seda rubia, se asilar
    el crepúsculo tembloroso
    prolongaba su agonizar.

    De...

  • Con la cabeza negra caída hacia adelante
    Está la mujer bella, la de mediana edad,
    Postrada de rodillas, y un Cristo agonizante
    Desde su duro leño la mira con piedad.

    En los ojos la carga de una enorme tristeza,
    En el seno la carga del hijo por nacer,
    Al pie del blanco Cristo que está sangrando reza:
    -¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!

  •  Ya tienes arrugas. ¡Qué vergüenza!... Bueno
    serás abuelita sin ser madrecita.
    Ayer, recordando tu pesar sereno,
    me dio mucha pena tu cara marchita.

     ... ¿Ni siquiera una novela empezada?
    Quizás el idilio que duró un verano,
    hasta que una noche por...

  •  Como otras veces cuando la angustia
    le finge graves cosas hurañas,
    la infeliz dijo, después que el rojo
    vómito tibio mojó la almohada,
    las mismas quejas de febriciente,
    las mismas quejas entrecortadas
    por el delirio, las que ella arroja
    como un detritus de la garganta.
    ...

  • He renunciado a ti. No era posible.
    Fueron vapores de la fantasía;
    son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
    una proximidad de lejanía.

    Yo me quedé mirando cómo el río se iba
    poniendo encinta de la estrella...
    Hundí mis manos locas hacia ella
    y supe que la estrella estaba arriba...

    He renunciado a ti, serenamente,
    como renuncia a...

  • Muda a mis ruegos, impasible y fría,
    en el sofá de rojo terciopelo
    un pálido jazmín hecho de hielo
    tu enigmático rostro parecía.

    La hostia solar, en roja eucaristía,
    se ocultaba en el mar; y, al dulce cielo,
    el divino Chopin su desconsuelo
    en un sollozo trémulo decía.

    Y cuando, por oír esa palabra
    que eternos lutos o venturas labra,...

  •   Ante una calle vil y escueta,
     al núcleo de una encrucijada,
     San Martín yergue su silueta
     torpe, blanquizca y desconchada.

      Como unas lenguas parlanchinas,
     rompen sus címbalos volteantes
     serenidades matutinas
     con carrillones atronantes.

      Incienso y cristianas congojas
     llenan el templo de humo y voces.

      Un eucalipto con...

  • Volando del vértice
    del mal y del bien,
    es independiente
    la saltapared.

    Y su principado,
    la ermita que fue
    granero después.

    Sobre los tableros
    de la ruina fiel
    la saltapared
    juega su ajedrez,
    sin tumbar la reina,
    sin tumbar al rey...

    Ave matemática
    nivelada es
    como una ruleta
    que baja y que sube...

  •  Con la vista clavada sobre la copa
    se halla abstraído el padre desde hace rato:
    pocos momentos hace rechazó el plato
    del cual apenas quiso probar la sopa.

     De tiempo en tiempo, casi furtivamente,
    llega en silencio alguna que otra mirada
    hasta la...