¡Can sumiso y acólito, como el can de Durero;
lazarillo cuadrúpedo, junto al Diablo y a la Muerte
conduciendo leal y fuerte
al Hombre en su sendero...!
¡Can sumiso y acólito, como el can de Durero!
Y este ciego mendigo de rostro rasurado
de procónsul de Roma, de trapense o de chalán,
sigue a su guía y guardián
porque Dios le ha cavado...