¡Oh tú, temprano sol que en el oriente
de tus primeros años has nacido
coronado de luz resplandeciente,

salve! Y en tanto que a tu grato oído
de mi voz, por cantarte, los acentos
labios son de metal contra el olvido,

con presagios de ilustres...

¡Oh tú, que estás sepultado
en el sueño del olvido,
si para tu bien dormido,
pata tu mal desvelado!
Deja el letargo pesado,
despierta un poco, y advierte
que no es bien que desa suerte
duerma, y haga lo que hace
quien está desde que nace
en...

Aunque la persecución
de la envidia tema el sabio,
no reciba della agravio,
que es de serlo aprobación.
Los que más presumen son,
Lope, a los que envidia das,
y en su presunción verás
lo que tus glorias merecen;
pues los que más te engrandecen...

Salid, ¡oh Clori divina!
al Tormes, que ofrece hoy
fija puente a vuestra planta
su inquieto cristal veloz.

Esta vez pudo el diciembre
lo que mil pudisteis vos,
que tienen fuerza de escarcha
poderes de admiración.

No su nieve a vuestra vista...

Coronadas de luz las sienes bellas,
conduce el sol su luminoso coche
a la estación donde madruga el día;
quitó el prestado honor a las estrellas,
y en campañas de luz venció a la noche
con los ardientes rayos que regía;
castigo a su osadía
la...

Ruiseñor que volando vas,
cantando finezas, cantando favores
¡oh, cuanta pena y envidia me das!
Pero no, que si hoy cantas amores,
tú tendrás celos y tú llorarás.
¡Qué alegre y desvanecido
cantas, dulce ruiseñor,
las venturas de tu amor
olvidado...

Cuentan de un sabio, que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
«¿Habrá otro», entre sí decía,
«más pobre y triste que yo?»
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio...

Ya el trono de luz regía
el luminoso farol,
el fénix del cielo, el sol,
cuya edad es sólo un día.
Ya desde la tumba fría
en su fuego vuelve a ser
hoy lo mismo que era ayer;
que, si en todo es de sentir
que nace para morir,
él muere para nacer...

Sola esta vez quisiera,
bellísima Amarili, me escucharas,
no por ser la postrera
que he de cantar afectos suspendidos,
sino porque mi voz de ti confía
que esta vez se merezca a tus oídos
por lastimosa, ya que no por mía.

No tanto liras hoy, endechas...

Ahora, señor, ahora
que ya este humano edificio
en el polvo de su fin
se reduce a su principio;
ahora que descompuesto
este vital artificio
que un suspiro gobernó,
le va faltando un suspiro;
ahora que a mis alientos
está el número cumplido,...