¡Yo te saludo, dulce encantadora
indefinible hora,
donde se unen y mezclan noche y día!
¡Hora de suave calma
y de vaga inefable poesía!
¡Oh romántica virgen sonadora!
a tu triste beldad ceda la palma
la rozagante Aurora:
que su faz leda y su mirada...
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Ante el pálido lienzo de la tarde, |
He aquí que llega el tiempo en que vibrante en su tallo Cada flor se evapora cual un incensario; |
¡Oh! tarde dolorosa que con tu cielo de oro La risa de la fuente me parece ser lloro; |
Aunque tus cejas malas ¡Yo te adoro!, ¡oh, mi frívola, El desierto y la floresta |
Es una tarde cenicienta y mustia, |
Ahora quiero amar algo lejano... Y quiero amarlo... |
Ahora quiero amar algo lejano... Y quiero amarlo... |
I ¡Salud, oh estrella de la tarde!, rosa
¡Estrella del amor!, cuando te miro |
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