• I

    Tiembla la pluma en mis manos,
    el llanto a mis ojos brota
    y en silencio y gota a gota
    va cayendo en el papel;
    y como no hallo una queja
    harto doliente y sentida,
    con la pluma suspendida
    lloro tu destino cruel.

    ¡Ay! el mundo enturbió impío
    de tu vida la onda pura
    y ante ti ¡pobre criatura!
    rugió negra tempestad...

  • El distinguido poeta Fernando Velarde

    Grandioso te alzas en la eterna roca
    donde rebrama el huracán rugiente,
    y absorto miras en tu afán valiente
    de los volcanes la tartárea boca.

    En los arranques de tu audacia loca
    te lanzas como el águila impaciente,
    y, en medio de...

  • Triste estoy, Josefina idolatrada,
    y en medio de mi fúnebre dolencia,
    al través de las sombras de la ausencia,
    inmóvil te contemplo junto a mí;
    y te oigo ¡ay! y te miro desolada
    suelta al aire tu blonda cabellera,
    y tan tierna, sensible y lastimera,
    cual en mis brazos sollozar te oí.

    El momento fatal en que el destino,
    como el bronce...

  • Un año, un año ¡oh dulce madre mía!
    que lejos estoy ya de tu presencia,
    desde aquí bendiciendo tu existencia,
    tus caricias, tus besos y tu amor;
    y ante el cielo pidiéndole de hinojos,
    que la apacible luz de tu mirada
    siempre irradie en mi frente deshojada
    su puro y cariñoso resplandor.

    Si el aliento febril de mis pasiones
    quemó la flor...

  • I

    Por más que un Rómulo crítico
    desprecie tu numen poético,
    porque envidioso y raquítico
    le irrita todo lo atlético;

    levanta tu voz homérica,
    y siempre entusiasta y lírico,
    entre tu mano colérica,
    rompe su dardo satírico.

    Y estalla en versos eufónicos,
    uniendo a tu tierno cántico,
    esos latidos armónicos
    de tu...

  • (Al señor bachiller Pereira Gamba)

    I
    ¿No conoces a Delia?
    ¿No has visto, por ventura,
    al contemplar su angélica hermosura,
    esa luz fulgurante
    que tranquila se irradia en su semblante,
    como el resplandor vago
    que la callada luna
    vierte en las aguas del sereno lago?
    ¿Ni la has visto en celeste arrobamiento
    ...

  • El tenue resplandor del sol naciente
    poco a poco los cielos ilumina,
    y al fresco soplo de vital ambiente
    va huyendo presurosa la neblina.

    En los árboles húmedos resbalan
    trémulos visos de carmín y de oro,
    y aleteando los pájaros exhalan
    en trino alegre su cantar sonoro.

    La flor, que el aura revolando toca,
    entreabre su pétalo fragante,...