• La indiferente y bella Flora
    del amor ciego se burlaba,
    sin experiencia a toda hora
    la pobrecilla así cantaba:
    «No temo, amor, tu poderío,
    a pesar de toda tu saña,
    libre seré de tu albedrío;
    tu buena cara no me engaña».

    «Me lo han dicho mis compañeras,
    los hombres son muy inconstantes;
    si con ellos somos severas
    ...

  • No me interrumpas, que contemplo ansioso
    el astro bello que en el cielo brilla,
    no cual le he visto, triste y nebuloso,
    del Támesi a la orilla.
    Hoy hace un año el astro así vagaba,
    y sobre el césped húmedo sentado,
    cual hoy le contemplaba,
    el rostro mío en lágrimas bañado.
    Envuelto estaba en mi pesado manto,
    y mi vista a lo lejos descubría...

  • Tal vez al son confuso de mi lira
    recordarás, Damón, pasados años;
    disfraz, falsos halagos, vil mentira,
    envidia, sinrazón, perfidia, engaños,
    todo te ofrecerá tu mente viva,
    y cuando de tu dicha hablar intento
    derramarás la lágrima de pena
    que anuncia los pesares de tu pecho.

    Aun recuerdo, Damón, el triste día
    en que, pábulo dando a tu...

  • Así bramaba el trueno de venganza,
    y asimismo la brisa tempestuosa
    silbaba entre las vergas del navío;
    ya el marino, burlado en su esperanza,
    da un recuerdo a su patria y a su esposa,
    y a la vista del puerto pierde el brío.

    Y la mar inclemente crece y crece,
    y crece sin cesar y se levanta;
    un hombre entre las olas desparece,
    y el que le...

  • Tierra de amor, América divina,
    también tu nombre endulzará mi labio,
    cual endulzó mi pecho candoroso,
    en años de amargura,
    tu clima deleitoso.
    Allá en la orilla del suave río
    que la ciudad divide de los Reyes,
    yo vi el dolor impío
    sobre mi frente virginal y pura
    descargar...

  • ¡Oh! ¡Cómo es grato a veces entre sueños
    ver pasar la fantasma misteriosa,
    en que descubre el alma apasionada
    el rostro del objeto a quien adora;
    y recordar entonces la mirada,
    llena de languidez y de dulzura,
    que dice: «Yo te adoro, ángel del Cielo»,
    y ver correr el llanto de ternura,
    y poderse decir: «Logré un suspiro,
    yo soy sólo...

  • Angelito, dame un beso;
    dame un beso y un abrazo,
    que tu padre está en la guerra
    hace ya más de dos años,
    y de entonces nada basta
    para darme buenos ratos
    sino una voz de tu boca,
    sino un beso de tus labios.
    ¡Pobrecillo!... ¡Cuántos lloros
    a mí mísera has costado!
    De tu padre, ángel del cielo,
    eres el vivo retrato....