Rubén Darío

  • En la pálida tarde se hundía,
    el sol en su ocaso,
    con la faz rubicunda en un nimbo
    de polvo dorado.
    En las aguas del mar, una barca,
    bogando, bogando;
    al país de los sueños volaban
    amada y amado.
    A la luz del poniente, en las olas,
    quebrada...

  • Amada, la noche llega;
    las ramas que se columpian
    hablan de las hojas secas
    y de las flores difuntas.
    Abre tus labios de ninfa,
    dime en tu lengua de musa:
    ¿recuerdas la dulce historia
    de las pasadas aventuras?
    ¡Yo la recuerdo! La niña
    de la...

  • En el libro lujoso se advierten
    las rimas triunfales:
    bizantinos mozaicos, pulidos
    y raros esmaltes,
    fino estuche de artísticas joyas,
    ideas brillantes;
    los vocablos unidos a modo
    de ricos collares;
    las ideas formando en el ritmo
    sus bellos...

  • El retorno a la tierra natal ha sido tan
    sentimental, y tan mental, y tan divino,
    que aun las gotas del alba cristalinas están
    en el jazmín de ensueño, de fragancia y de trino.

    Por el Anfión antiguo y el prodigio del canto
    se levanta una gracia de...

  • Padre y maestro mágico, liróforo celeste

    que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
    diste tu acento encantador;

    ¡Panida! Pan tú mismo, con coros condujiste
    hacia el...

  • PADRE y maestro mágico, liróforo celeste
    Que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
     Diste tu...

  • LIBRE la frente que el casco rehusa,
    Casi desnuda en la gloria del día,
    Alza su tirso de rosas la musa
    Bajo el gran sol de la eterna Harmonía.

    ...

  • No predico, no interrogo.
    De un sermón ¡qué se diría!
    Esto no es una homilía,
    sino amargo desahogo.
    Si hay versos de amores, son
    las flores de un amor muerto
    que brindo el cadáver yerto
    de mi primera pasión.
    Si entre esos íntimos versos
    hay...

  • Juntos hemos visto el mal
    y en el mundano bullicio,
    cómo para cada vicio,
    se eleva un arco triunfal.
    Vimos perlas en el lodo,
    burla y baldón a destajo,
    el delito por debajo
    y la hipocresía en todo.
    Bondad y hombría de bien,
    como en el mar las...

  • Sí, yo he escrito estos Abrojos
    tras hartas penas y agravios,
    ya con la risa en los labios,
    ya con el llanto en los ojos.
    Tu noble y leal corazón,
    tu cariño, me alentaba
    cuando entre los dos mediaba
    la mesa de redacción .
    Yo, haciendo versos,...