Ricardo Güiraldes

  • Los tziganos tocan con gueto
    esto es inevitable.

    R. G

    Trémolos exuberantes; bigotes de alambre, en aspa de Miura. Pelo = Virutas de acero, para lustrar parquets. Vibrato al cuarto dedo, abrillantado por un fondo de vaso.

    Emoción,...

  • ¡Ahí vienen, ahí vienen!
    ¿No los veis?

    Las piernas oscilando, rítmicamente, como metrónomo. Merecen ser una invención prusiana.

    «Die Filosofen».
    ...
  • El río dijo al sauce: «Yo soy la vida y, en mi incesante correr, renuevo emociones».

    El sauce dijo al río: «Yo soy el poeta, ¿no ves como te embellezco, rezando sobre ti las estrofas de mis ramas?»

    Dijo el río: «Pues ven conmigo, tú me darás la belleza de tu canto, yo el encanto...

  •  Luna redonda, blanca y lejana.
     Paz sobre el mundo y con nosotros.
     Pregusto de muerte.
     Calma.
     La brisa disgrega el pecho en rezos.
     El color está de luto.
     Un camino, lívido, se va.
     Las sombras se achatan, esquivas.
     Un sapo hace gárgaras de...

  • Bajo el cedro, agujas entrecruzadas; cromos y cadmios haciendo blanduras.

    Sombra.

    Ramas madres, torcidas en bifurcaciones, tendenciosas al sol denigrante e inevitable como una neurastenia.

    Olor macizo que empaña; canto de torcaza (pulsación de sonido); aliento candente del...

  • Tengo hoy en el alma unos cuentos muy viejos -muy viejos, lejanos.

     Nacieron conmigo y fueron ya antes.
     Y cuentan palacios.
     Espíritus buenos y espíritus malos.
     Y llevan perfumes de leyendas bárbaras.
     Dragones y encantos.
     Encantos maléficos,
     buenos...

  • La luna riela su acorde quieto sobre la arena, la arena, la arena.

    El acorde quieto se alegra en quebraduras luminosas, sobre y dentro del alabastro del templo-joya, apesadumbrado por el avance de la arena secular, infinitesimal, sepultora, inconsciente, destructora, lenta, pesada, en su...

  • ¿En la tierra, por la edad de piedra? ¿En el paraíso, antes de la expulsión?

    Qué sé yo. Pero lo he visto, como veo mi pluma amar la virginidad blanca, del papel.

    Un lago quieto, como espejo, que árboles multiformes esmaltan de verde.

    ¿Ambiente?... El de una flor en eclosión...

  • Era el caos. Decir no y pensar cero.

    En el eterno negar, fue brevemente la voluntad de ser. Origen del Sol.

    El sol, en asombro de su luz, fue goce de existir; tanto amó su mirada, que pulularon las condensaciones de obscuridad; los astros.

    Y los astros giraron de...

  • Donde más alto trepa la sierra, un pico agudo y liso apunta al cielo su puñalada de piedra.

    El sol y el viento se astillan entre sus riscos.

    Y si la nieve, en su base, le circunda con regio fulgor de pureza, emerge más frío, más puro; severo e inconmovible, en su negrura...