Gustavo Adolfo Bécquer

  • Podrá nublarse el sol eternamente;
    podrá secarse en un instante el mar;
    podrá romperse el eje de la tierra
    como un débil cristal.

    ¡Todo sucederá! Podrá la muerte
    cubrirme con su fúnebre crespón;
    pero jamás en mí podrá apagarse
    la llama de tu amor.

    ...
  •  Yo soy ardiente, yo soy morena,
    Yo soy el símbolo de la pasión;
    De ansia de goces mi alma está llena.
    — ¿A mí me buscas? — No es á tí; no.

     — Mi frente es pálida...

  • XXVII.

     
     Despierta, tiemblo al mirarte;
    Dormida me atrevo á verte;
    Por eso, alma de mi alma,
    ...

  • Dejé la luz a un lado, y en el borde
    de la revuelta cama me senté,
    Mudo, sombrío, la pupila inmóvil
    clavada en la pared.

    ¿Qué tiempo estuve así? No sé: al dejarme
    la embriaguez horrible de dolor,
    expiraba la luz y en mis balcones
    reía el sol.

    ...

  • Cuando volvemos las fugaces horas
    del pasado a evocar,
    temblando brilla en sus pestañas negras
    una lágrima pronta a resbalar.

    Y al fin resbala y cae como gota
    del rocío al pensar
    que cual hoy por ayer, por hoy mañana
    volveremos los dos a suspirar....

  • ¡Cuántas veces al pie de las musgosas
    paredes que la guardan,
    oí la esquila que al mediar la noche
    a los maitines llama!

    ¡Cuántas veces trazo mi silueta
    la luna plateada,
    junto a la del ciprés que de su huerto
    se asoma por las tapias!

    Cuando en...

  • Yo me acogí, como perdido nauta,
    a una mujer, para pedirle amor,
    y fue su amor cansancio a mis sentidos,
    hielo a mi corazón.

    Y quedé, de mi vida en la carrera,
    que un mundo de esperanza ayer pobló,
    como queda un viandante en el desierto:
    ¡A solas con...

  •  Como la brisa que la sangre orea
    Sobre el oscuro campo de batalla.
    Cargada de perfumes y armonías
    En el silencio de la noche vaga;

     
     Símbolo del dolor y la...

  •  ¿Cómo vive esa rosa que has prendido
     Junto á tu corazón?
    Nunca hasta ahora contemplé en la tierra
     Sobre el volcán...

  • ¡Los suspiros son aire y van al aire!
    ¡Las lágrimas son agua y van al mar!
    Dime, mujer, cuando el amor se olvida
    ¿sabes tú adónde va?