Rima XXII

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  • Yo sé cuál el objeto
    de tus suspiros es;
    yo conozco la causa de tu dulce
    secreta languidez.
    ¿Te ríes?... Algún día
    sabrás, niña, por qué:
    tú lo sabes apenas
    y yo lo sé.

    Yo sé cuando tu sueñas,
    y lo que en sueños ves;
    como en un libro...

  • ¿Será verdad que cuando toca el sueño
    con sus dedos de rosa nuestros ojos,
    de la cárcel que habita huye el espíritu
    en vuelo presuroso?

    ¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
    de la brisa nocturna al tenue soplo,
    alado sube a la región vacía
    a...

  • Podrá nublarse el sol eternamente;
    podrá secarse en un instante el mar;
    podrá romperse el eje de la tierra
    como un débil cristal.

    ¡Todo sucederá! Podrá la muerte
    cubrirme con su fúnebre crespón;
    pero jamás en mí podrá apagarse
    la llama de tu amor.

    ...
  • Yo soy ardiente, yo soy morena,
    Yo soy el símbolo de la pasión;
    De ansia de goces mi alma está llena.
    — ¿A mí me buscas? — No es á tí; no.

    — Mi frente es pálida; mis trenzas de oro:
    Puedo brindarte dichas sin fin;
    Yo de ternura guardo un tesoro.
    — ¿A...

  • XXVII.

    Despierta, tiemblo al mirarte;
    Dormida me atrevo á verte;
    Por eso, alma de mi alma,
    Yo velo mientras tú duermes.

    Despierta, ríes; y al reir, tus labios
    Inquietos me parecen
    Relámpagos de grana que serpean
    Sobre un cielo de nieve.

    ...