• I

    ¿Quieres, Cándida saber
    cuál es la niña mejor?
    Pues medita con amor
    lo que ahora vas a leer.

    La que es dócil y obediente,
    la que reza con fe ciega,
    con abandono inocente.
    la que canta, la que juega.

    La que de necias se aparta,
    la que aprende con anhelo
    cómo se borda un pañuelo,
    cómo se escribe una carta.

    La que...

  • Señor: No soy un juglar;
    soy un sincero cantor
    del castellano solar.
    Canto el alma popular;
    no tengo nombre, señor.

    Por eso, porque un oscuro,
    porque un sincero es quien canta
    y no un cortesano impuro,
    oiréis el de mi garganta
    canto llano, pobre y duro.

    Más placerá a vuestro oído
    el débil trinar sentido
    del pájaro del...

  • Aquí se siente a Dios. En el reposo
    de este dulce aislamiento
    un fecundo sentido religioso
    preside el pensamiento.
    Derrámase por uno de dulzuras
    ambiente equilibrado,
    y en él cosecha las ideas puras
    de que está penetrado.
    Y sereno después, las alas tiende
    y escala el firmamento,
    seguro como el pájaro que hiende
    su apropiado...

  • ¿Por qué estás triste, mujer?
    ¿Pues no te sé yo querer
    con un amor singular
    de aquellos que hacen llorar
    de doloroso placer?

    Crees que mi amor es menor
    porque tan hondo se encierra,
    y es que ignoras que el amor
    de los hijos de esta tierra
    no sabe ser hablador.

    ¿No está tu gozo cumplido
    viendo desde esta colina
    un pueblo...

  • Araba el tío Mariano
    la húmeda tierra gredosa,
    y entre la bruma lluviosa
    del horizonte lejano,

    con cierta noble ansiedad
    que a la amargura se junta,
    miraba, al volver la yunta,
    las torres de la ciudad.

    Allí los amos estaban
    de aquel pedazo de llano,
    ya convertido en pantano
    por lluvias que no amainaban.

    Y no pensaba el...

  • Dos paisajes: el uno soñado
    y el otro vivido.
    ¡Cuán amarga, sin sueños, me fuera
    la vida que vivo!

    Era un trozo de tierra jurdana
    sin una alquería;
    era un trozo de mundo sin ruido,
    de mundo sin vida.

    Era un campo tan solo, tan solo
    como un cementerio,
    donde más hondamente se sienten
    los hondos silencios.

    Madroñeras,...

  • Yo aprendí en el hogar en qué se funda
    la dicha más perfecta,
    y para hacerla mía
    quise yo ser como mi padre era
    y busqué una mujer como mi madre
    entre las hijas de mi hidalga tierra.
    Y fui como mi padre, y fue mi esposa
    viviente imagen de la madre muerta.
    ¡Un milagro de Dios, que ver me hizo
    otra mujer como la santa aquella!

    ...

  • En el nombre de Dios que las abriera,
    cierro las puertas del hogar paterno,
    que es cerrarle a mi vida un horizonte
    y a dios cerrarle un templo.

    Es preciso tener alma de roca,
    sangre de hiena y corazón de acero,
    para dar este adiós que en la garganta
    se me detiene al bosquejarlo el pecho.

    Es preciso tener labios de mártir
    para acercarse a...

  • ¡Lo amaba, lo amaba!
    ¡No fue sólo milagro del genio!
    Lo intuyó cuando estaba dormido,
    porque sólo en las sombras del sueño
    se nos dan las sublimes visiones,
    se nos dan los divinos conceptos,
    la luz de lo grande,
    la miel de lo bello...
    ¡Lo amaba, lo amaba!
    ¡Nacióle en el pecho!
    No se puede soñar sin amores,
    no se puede crear sin...

  • I

    No fue una reina
    de las Españas,
    fue la alegría
    de una majada.
    Trece años cumple
    para la Pascua
    la cabrerilla
    de Casablanca.
    Su pobre madre
    sola la manda
    todas las tardes
    a la majada.
    Lleva ropillas,
    lleva viandas
    y trae jugosa
    leche de cabras.
    Vuelve de noche,
    porque es muy larga,...