Colombina ¿qué se hicieron
tus risas de cascabel?
¡Ah! desde que se perdieron
— lo saben quienes te oyeron —
quedó inconcluso un rondel...
Surge de las viejas salas
y como antes, oportuna,
vuelve a reinar, hoy que exhalas
suspiros por...
Colombina ¿qué se hicieron
tus risas de cascabel?
¡Ah! desde que se perdieron
— lo saben quienes te oyeron —
quedó inconcluso un rondel...
Surge de las viejas salas
y como antes, oportuna,
vuelve a reinar, hoy que exhalas
suspiros por...
Si de estas cuerdas mías, de tonos más que rudos,
le resultasen ásperos sus rendidos saludos,
y quieres blandos ritmos de credos idealistas,
aguarda delicados poetas modernistas
que alabarán en oro tus posibles desdenes,
coronando de antorchas tus olímpicas sienes,
devotos de la blanca lis de tu...
Si de estas cuerdas mías, de tonos más que rudos,
le resultasen ásperos sus rendidos saludos,
y quieres blandos ritmos de credos idealistas,
aguarda delicados poetas modernistas
que alabarán en oro tus posibles desdenes,
coronando de antorchas tus olímpicas sienes,
devotos de la blanca lis de tu...
Mi musa: toda ingenua, por ser joven,
se yergue melodiosa sobre un plinto.
Gusta de los jazmines que la arroben
y de los novilunios de jacintos.
Tiene los cisnes del Ensueño, bienes
azules de los cielos y las nubes;
un jardín otoñal para Jiménez,
y para Nervo un coro de querubes.
Y ama el éxtasis: palabras y martirios,
las letanías, el...
Al astrólogo Ensueño, sus novias: las estrellas,
contáronle el secreto de unas cosas tan bellas
que un ruiseñor lunático, que cantaba a las rosas,
puso en sus sinfonías esas extrañas cosas.
Era un noble pronóstico, que, enigmáticamente,
irradiaba su Verbo...
En la gran copa negra de la sombra que avanza
quiero probar del vino propicio a la añoranza.
Quiero beber del vino que bebiéramos juntos,
y estos ratos, de aquéllos, serán nobles trasuntos.
(No sé por qué...
¡Oh, señora: gentil dama de mis noches,
¡oh, señora, mi señora, yo le ruego
que abandone esa romántica novela:
orgullosa favorita de sus dedos.
Que abandone sus historias de aventuras,
donde hay citas, donde hay dueñas y escuderos
callejuelas y...
¡Oh! el dolor de tu cuerpo voluptuoso, apto a la herida de la carne quemadora.
Vorágine obsesora,
tortura lenta.
Sueño estatuario,
estética de carne.
Vitalidad turbulenta,
camina lenta.
Y deja que ritmen tus talones,
candentes dominaciones.
Estética de carne,
carne de amor.
Belleza, alma pagana de la forma;
diosa que...
Señora: llego a Ti
Desde las tenebrosas anarquías
Del pensamiento y la conducta, para
Aspirar los naranjos
De elección, que florecen
En tu atrio, con una
Nieve nupcial... Y entro
A tu Santuario, como un herido
A las hondas quietudes hospicianas
En que sólo se escucha
El toque saludable de una esquila.
Vestida de luto eres,...
Me enluto por ti, Mireya,
y te rezo esta epopeya.
Mas entrañables provincianas mías:
no sospeché alabar vuestro suicidio
en las facinerosas tropelías.
Antes de sucumbir al bandolero
se amortizaron las sonoras alas
que aleteaban en el fiel alero.
Cúspide del teatro pueblerino:
en un martirologio de palomas
tú las viste volar a su...