¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué suspiras?
¿Por qué los muros de tu cárcel bates?
Es imposible, corazón.... ¡Deliras!
Infeliz corazón, en vano lates!
Siempre contuve tu ímpetu violento
desde que pude conocer el mundo;
siempre fui sordo a tu amoroso acento,
sin tener compasión de tu ¡ay! profundo.
¿Sabes por qué? Tras vanas ilusiones
(...