• ¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué suspiras?
    ¿Por qué los muros de tu cárcel bates?
    Es imposible, corazón.... ¡Deliras!
    Infeliz corazón, en vano lates!

    Siempre contuve tu ímpetu violento
    desde que pude conocer el mundo;
    siempre fui sordo a tu amoroso acento,
    sin tener compasión de tu ¡ay! profundo.

    ¿Sabes por qué? Tras vanas ilusiones
    (...

  • PRÓLOGO

     Manuel, en una noche del estío,
     en el sereno azul clavó los ojos;
     encendió un aromático veguero,
     y escribió esta novela. Fin del prólogo.

    I - RETRATO

        Era el...

  • Mi triste corazón babea a popa,
    mi corazón lleno de caporal:
    le escupen chorros de sopa,
    mi triste corazón babea a popa:
    entre las burlas de la tropa
    que suelta una risa general,
    mi triste corazón babea a popa,
    mi corazón lleno de caporal.

    Itifálicos y soldadescos,
    sus insultos lo han depravado.
    Por la tarde dibujan frescos
    ...

  • Mi corazón babea y popa
    de asco al cuartel y al caporal.
    Le echan cucharadas de sopa.
    Mi corazón babea y popa,
    entre las chanzas de la tropa,
    bajo una risa general.
    Mi corazón babea y popa
    de asco al cuartel y al caporal.

    Itifálicos, soldadescos,
    sus insultos le han depravado.
    Por la tarde dibujan frescos
    itifálicos,...

  • Una música íntima no cesa,
    porque transida en un abrazo de oro
    la Caridad con el Amor se besa.

    ¿Oyes el diapasón del corazón?
    Oye en su nota múltiple el estrépito
    de los que fueron y de los que son.

    Mis hermanos de todas las centurias
    reconocen en mí su pausa igual,
    sus mismas quejas y sus propias furias.

    Soy la fronda parlante en que se...

  • A mi corazón llamaron:
    corrí a abrir con vida y alma.
    Veo en la puerta a mi Amor
    con una cruz que me espanta.
    -Pasad, si os place, Señor,
    pasad, que ésta es vuestra casa;
    si sólo una choza es,
    haced de ella vuestro alcázar.
    Y, haciendo mi noche día,
    Jesús entró en mi morada;
    pero al entrar en mi pecho
    dejó la cruz en mi espalda...

  • Llueve dulcemente en la ciudad...
    ARTHUR RIMBAUD

    Llora en mi corazón
    como llueve en la ciudad,
    ¿qué es realmente esta aflicción
    que invade mi corazón?

    Dulce ruido de la lluvia
    en la tierra y en los techos.
    ¡A un corazón que se agobia
    denle el canto de la lluvia!

    Llora sin razones
    en...

  • Mi corazón
    nostálgico acunador de ensueños,
    imantado de amor
    tuvo la ficción del Norte
    en los cuatro puntos cardinales.

    Mi corazón poeta y buril loco
    en el mármol frígido de las razones,
    —muriendo ya— saludará
    en los cromos lejanos de la tarde
    a una mano fúlgida,
    clamante viajera de horizontes,
    que llama... llama...

  • Mi corazón leal, se amerita en la sombra.
    Yo lo sacara al día, como lengua de fuego
    que se saca de un ínfimo purgatorio a la luz;
    y al oírlo batir su cárcel, yo me anego
    y me hundo en ternura remordida de un padre
    que siente, entre sus brazos, latir un hijo ciego.

    Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
    Placer, amor, dolor... todo le es ultraje...

  • ¿Mí corazón se ha dormido?
    Colmenares de mis sueños,
    ¿ya no labráis? ¿Está seca
    la noria del pensamiento,
    los cangilones vacíos,
    girando, de sombra llenos?
    No; mi corazón no duerme.
    Está despierto, despierto.
    Ni duerme ni sueña; mira,
    los claros ojos abiertos,
    señas lejanas y escucha
    a orillas del gran silencio.