• A su esposo

    Para siempre, cual rápido sueño,
    aquel tiempo feliz ha pasado
    en que, amada y amante en un grado,
    los deleites del cielo gocé:
    Lima toda miró con envidia
    nuestras dichas y castos amores,
    y por fácil sendero de flores
    resbaló descuidado mi pie.
    Un audaz misterioso extranjero
    a quien yo, sin saberlo, inspiraba...

  • A mi querido amigo Federico Parra

    No mayor dignidad le cabe al hombre
    que el alto sacerdocio del poeta,
    ni hay grandeza que al mundo más asombre
    ni a quien más gloria el porvenir prometa:
    mas no merece tan augusto nombre
    quien sólo a rima y número sujeta
    vanas frases que halagan el oído,
    mas desnudas de espíritu y sentido.
    No, no es...

  • A ***

    ¡Oh melancólica virgen!
    Cuando el sol se hunde en las olas,
    ve con paso lento a solas
    a la playa a meditar:
    que siempre al incierto rayo
    del agonizante día,
    está la Melancolía
    sentada orillas del mar.
    Hela allí -el ebúrneo codo
    apoyado en la rodilla,
    y en la palma la mejilla,
    en pensativa actitud;
    ...

  • ¡Oh montes de Gelboe, nunca caiga
    sobre vosotros celestial rocío,
    mas vuestros campos un eterno estío
    esterilice con sediento ardor!
    que en ellos ¡ay dolor! el rey guerrero
    al par cayo del último soldado,
    como si no le hubiera consagrado
    el óleo del Señor.
    ¡Cuántas hijas y esposas de Filiste
    huérfanas y en viudez dejo su espada,
    que...

  • ¿A dónde partís tan lejos,
    tristes aves de la tarde,
    que a los cansados reflejos
    del día que va a expirar,
    atravesáis en bandadas
    el firmamento sombrío,
    y atrayendo mis miradas,
    me hacéis de pena llorar?
    ¿Por qué en contemplaros hallo
    una dulzura secreta
    y agitan mi mente inquieta
    mil recuerdos en tropel?
    ¿Por qué de...

  • I
    Junto a los ríos de Babel sentadas,
    fijos los tristes ojos en el cielo,
    al acordarse de, su patrio suelo,
    lloraban las cautivas de Israel;
    y al ver volar en el azul espacio
    las aves de la tarde plañideras,
    «id, les decían, dulces mensajeras,
    »y llevad nuestros votos a Salen:
    »saludad por nosotras esos campos
    »donde natura...

  • La dulce final hora
    de mi vivir anhelo, cual anhela
    el rayo de la aurora
    cansado centinela
    que en larga noche solitario vela.
    O cual la patria ansía
    el desterrado, el puerto el marinero,
    el fin del lento día
    rendido jornalero,
    la cara libertad el prisionero.
    Fiero insomnio es mi vida,
    largo viaje, durísima faena,
    prisión...

  • No es justo que viva el alma
    siempre acongojada y triste,
    que, aunque el mejor este mundo
    no es de los mundos posibles,
    cosas tiene todavía,
    entre mil que nos afligen,
    para solaz y consuelo
    de los hombres infelices:
    hay aromáticas flores
    que esmaltan ricos matices;
    pájaros que dulces cantan,
    aguas que sonando ríen;
    noches...

  • Cuando abrumado me siento
    con los males de la vida,
    y mi dolor la medida
    excede del sufrimiento;
    tú, dulce sueño profundo,
    ser mi único alivio sueles,
    pues traspaso los dinteles
    contigo de aqueste mundo.
    ¡Cuán dichoso soy, si duermo!
    ¡Cuán diverso el paraíso
    que mis dulces sueños piso
    de este tristísimo yermo!
    Y sus altos...

  • A que admires extático conmigo
    de estiva noche la beldad extraña,
    con presta planta sube
    al techo de la nave, dulce amigo:
    en la mitad del cielo, que no empaña
    la más delgada transparente nube,
    brilla la blanca luna,
    y en la mar que parece ancha laguna,
    por sosegada y lisa,
    mayor su rostro copia; fresca brisa
    roza apenas la faz, pura...