• A Sor María de la Consolación

    Al vago de las celestes liras
    del viento que divaga en la arboleda
    cantas, y no se sabe si suspiras
    o si es el ruiseñor que te remeda.

    Tus negros ojos de mirar doliente
    no sé en qué cuadro de Rosetti he visto,
    y me recuerdan inconscientemente
    los ojos...

  • Tú, todavía virgen esposa de la calma,
    criatura nutrida de silencio y de tiempo,
    narradora del bosque que nos cuentas
    una florida historia más suave que estos versos.
    En el foliado friso ¿qué leyenda te ronda
    de dioses o mortales, o de ambos quizá,
    que en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia?
    ¿Qué deidades son ésas, o...

  • No sé a cuál crea de los dos,
    Viéndoos, Ana, cual os veis:
    Si vos la muerte traéis,
    O si os trae la muerte a vos.

    Queredme la muerte dar
    Por que mis males remate:
    Que en mí tiene hambre que mate
    Y en vos no hay ya qué matar.

    ...
  • Más dulces habéis de ser,
    si me volvéis a mirar,
    porque es malicia, a mi ver,
    siendo fuente de placer,
    causarme tanto pesar.

    De seso me tiene ajeno
    el que en suerte tan crüel
    sea ese mirar sereno
    sólo para mí veneno,
    siendo para otros miel.

    Si crüeles os mostráis,
    porque no queréis que os quiera...

  • Ojos cuyas niñas bellas
    esmaltan mil arreboles,
    muchos sois para ser soles,
    pocos para ser estrellas.

    No sois sol, aunque abrasáis
    al que por veros se encumbra,
    que el sol todo el mundo alumbra
    y vosotros le cegáis.

    No estrellas, aunque serena
    luz mostráis en tanta copia,
    que en vosotros hay luz propia
    y en las estrellas,...

  • EN blanda cuna mecido,
    Por mis padres arrullado,
    Vine á este mundo florido,
    De placeres circuído
    Y á llorar predestinado.

    De mis años infantiles
    Las dulces horas pasaron,
    Pasaron ya los abriles
    Y las rosas se secaron
    De mis risueños pensiles.

    Esa edad tranquila y pura,
    Esa aurora de ventura
    En que vaga el tierno...

  • A veces, cuando en alta noche tranquila,
    sobre las teclas vuela tu mano blanca,
    como una mariposa sobre una lila
    y al teclado sonoro notas arranca,
    cruzando del espacio la negra sombra
    filtran por la ventana rayos de luna,
    que trazan luces largas sobre la alfombra,
    y en alas de las notas a otros lugares,
    vuelan mis pensamientos, cruzan los mares...

  • Madre divina del alado niño,
    oye mis ruegos, que jamás oíste
    otra tan triste lastimosa pena
    como la mía.

    Baje tu carro desde el alto Olimpo
    entre las nubes del sereno cielo,
    rápido vuelo traiga tu querida
    blanca paloma.

    No te detenga con amantes brazos
    Marte, que deja su rigor al verte,
    ni el que por...

  • ¡Oh pórticos! ¡Oh mármoles vivientes!
     ¡Oh bosques de Versalles!
    ¡Sitios más deleitosos y rientes
     Que los Elíseos valles!

    Los dioses y los reyes á porfía,
     Recinto almo y sereno,
    Tesoros de...

  • I

    ¡La negra selva por doquier! el viento
    como inquieto lebrel encadenado
    aullando en la espesura!
    ¡La noche eterna por doquier! el cielo
    como un mar congelado,
    y el mar como una inmensa sepultura.

    De tarde en tarde brilla,
    de la aurora boreal el rayo frío,
    y a su vislumbre...