• Raro anillo que clarea,
    Raro anillo que sombrea
    Una profunda amatista,

    Crepúsculo vespertino
    Que en tu matinal platino
    Engarzó espléndido artista.

    El porvenir es de miedo...
    ¿Será tu destino un dedo
    De tempestad o de calma?

    Para clararte y sombrearte,
    ¡Si yo pudiera glisarte
    En un dedo de mi alma!...

  • El armador aquel de casas rústicas
    habló desde la barca:
    ellos, sobre la grava de la orilla,
    él flotando en las aguas.

    Y la brisa del lago recogía
    de su boca parábolas
    ojos que ven, oídos que oyen gozan
    de bienaventuranza.

    Recién nacían por el aire claro
    las semillas aladas,
    el Sol las revestía con sus rayos,
    la brisa las...

  • I

       La ráfaga lasciva
    jugaba con las velas de la nave
    de altivo porte y de cortante prora,
       que en la tarde serena
    dejó la playa que con dulces lazos
       la retuvo cautiva,
    y que le tiende los amantes brazos
    que rechaza la amante fugitiva.

       Era la hora
    en que la...

  • A MI MADRE

    Triste es la vida cuando piensa el alma,
    triste es vivir si siente el corazón;
    nunca se goza de ventura y calma
    si se piensa del mundo en la ficción.

    No hay que buscar del mundo los placeres,
    pues que ninguno existe en realidad;
    no hay que buscar amigos ni mujeres,
    que es...

  • Ayer corrió el arroyo de linfa transparente
    en reducido lecho con lánguido rumor;
    hoy surge caudaloso y arrastra en su creciente
    los juncos de la orilla, las hojas de la flor.

    Ayer perdió el arroyo sus olas y sus giros:
    vio pálido el nenúfar, marchito el alhelí;
    hoy vuelven las palomas con férvidos suspiros,
    y mojan en sus aguas su pico carmesí.

    ...
  • No descansas jamás... y alegre y puro,
    murmurador y manso,
    corriendo vas sobre tu cauce duro...
    ¡Yo también como tú corro y murmuro,
    yo también como tú jamás descanso!
    ¡Yo camino al vaivén de mis dolores,
    tú con ala de céfiro caminas,
    tú feliz más que yo, por entre flores,
    yo helado más que tú, por entre espinas!
    Tú pasas como sombra por...

  • Arroyuelo que deslizas
    tu cristal en la pradera,
    tu corriente vocinglera
    voy siguiendo con placer:
    notando voy en tu curso
    la variedad inconstante,
    en esto tan semejante
    a cuanto fue y ha de ser.

    De las cosas de la vida
    es imagen tu carrera,
    que así mudan de manera
    como tú de dirección;
    y por esta semejanza,
    al...

  • A ELOÍSA
    I

    Perdido en los espacios infinitos,
    como un ave en los mares sin riberas,
    espectro de algún mundo fenecido
    iba un astro de esferas en esferas.

    Había extraños rumores en su seno,
    mmores de huracán encadenado;
    unas...

  • Un avariento casado

    a su mujer le decía:

    -Tú me cuestas cada día

    un doblón, ¡caro bocado!

    Cada mes te he visitado

    dos veces: en conclusión,

    cada vez a la razón

    de tres onzas. -¡Lindo chiste!,

    dice ella. ¿ Y en qué consiste

    que yo te salga a doblón?

  • ¡Cuán difícil es al hombre
    hallar un objeto amable
    con cuyo amor inefable
    pueda llamarse feliz!

    Y si este objeto resulta
    frívolo, duro, inconstante
    ¿Qué resta al mísero amante
    sino exclamar ¡ay de mí!

    El amor es un desierto
    sin límites, abrasado,
    en que a muy pocos fue dado
    pura delicia sentir.

    Pero en sus mismos...