• Cerca de aquel pueblo donde yó nací
    De Canelones a una legua escasa
    Bordeando un camino de "pitas" y "tunas"
             Un rancho se alzaba
    Era un rancho vlejo de ladrillo y zinc
    Tan humilde y pobre, que hasta daba lástima
    Y a pesar de todo soportaba el tiempo,
    No se conmovía, ni se tambaleaba
             Ese era mi rancho...
             allí...

  • Tratando estoy de qué modo
    podría escribir ahora
    vuestro nombre, mi señora,
    y el don en un verso todo.
    Sale el efecto diverso,
    porque por sílabas salen
    la “señora doña Valen”,
    y el “tina” sobra del verso.
    Pues si entrare el verso con
    mi “señora Valentina”,
    no es razón ni cosa dina,
    porque al nombre falta el “don”.
    Y...

  • En aquel pueblo ya lejano,
    circuído de cielo,
    miraba hacia las tardes
    caer tranquilo el día.
    Y era un ángel posible,
    hacia el atardecer.

    Pasaron días. Tiempo y tiempo.
    Con minerales brazos buscó ceñir la noche
    y perderse entre los vientos.

    Ahora, ¿quién gime por los pasillos
    desde un décimo piso?

    Oh ángel no nacido
    y...

  • DUDA HISTÓRICA

    –Dígame usted, don Vicente,
    usted que es tan competente...
    –Pregunte usted, don Facundo.
    –¿Cómo es nuevo un continente
    que es ya tan viejo en el mundo?

    –Era nuevo; no lo es ya.
    Como creado por Dios
    existía, claro está,
    antes...

  • DE la profunda nada salimos á la vida
    Con sueños en la mente de dichas y de paz;
    Vergel de ricas flores, mansión apetecida
    Oue con halagos tiernos al ánima convida
            Los goces á apurar.

    Por senda en que destiende la primavera hermosa
    Tapices de esmeralda y flores por doquier,

    Al borde de las fuentes ó en la arboleda umbrosa
    ...

  • Dudas

    Mirando estábamos juntos
    en ilusión agradable,
    cómo cruzaban las nubes
    por el cielo de la tarde.

    Te engañabas a ti misma
    pensando tal vez amarme,
    y yo estudiaba dudoso
    la expresión de tu semblante.

    ¡Ah! tú eras pura, muy pura,
    santa...

  • Dos guerreros se han precipitado uno sobre el otro; sus armas
    Han salpicado el aire con destellos y sangre.
    Estos juegos, estos tintineos del hierro son el estrépito
    De una juventud víctima del amor plañidero.

    ¡Las espadas se han quebrado! como nuestra juventud,
    ¡Mi querida! Pero los dientes, las uñas aceradas,
    Vengan pronto la espada y la daga traidora....

  • Llego entre dos esbirros, que no dudan
    de que a un monstruo feroz guardan y aquietan.
    Gritos desgarradores me saludan
    y brazos epilépticos me aprietan.

    Suspenso en el umbral callo y vacilo.
    Alto y grueso blandón muestra y agrava
    con lampo incierto el espantable asilo.
    La llama teme al soplo, sesga y flava...
    ¡Pugna por arrancarse del pabilo...

  • —No duermas,— suplicante me decía
    —escúchame..., despierta—.
    Cuando haciendo cojín de su regazo,
    soñándome besarla, me dormía.

    Más tarde, ¡horror! En convulsivo abrazo
    la oprimí al corazón... rígida y yerta!
    En vano la besé —no sonreía;
    En vano la llamaba —no me oía;
    La llamo en su sepulcro y no despierta!