• Abril canta en mi oído con sus rosas y brisas,
    con fresca boca ríen las rosadas auroras,
    la primavera esparce su guirnalda de risas...
    ¿Por qué obstinadamente melancólico lloras?

    Cipris ofrece el vino de sus púrpureas viñas,
    Leda y el Cisne ensayan el dulce simulacro,
    y son rubias manzanas los senos de las niñas
    en cuyos labios tiernos palpita el...

  • Mandó a Madrid venir de la montaña

    un mercader ricacho a su sobrino

    para que se instruyese en la maña

    con que era en el comercio ladrón fino.

    Cuando llegó buscando la cucaña

    el tal montañesillo a su destino,

    tendría de catorce a quince años,

    edad en que el amor hace mil daños.

    A poco tiempo que en la corte estaba

    el tío le notó...

  • El cínico Diógenes de Atenas

    con su filosofía

    hizo, mientras vivió, mil cosas buenas,

    siendo su gran manía

    ponerse a procrear públicamente

    a sol radiante y a faldón valiente.

    Decía: -No es razón que a ver a un hombre

    morir se junten tantos

    y el ver fabricar otro les asombre

    para que hagan espantos.

    ¡ Ay, ya murió este sabio...

  • Doctrinando.jpg

    «Ya que de Dios en conversar te empeñas,
    ya que desprecia tu cerebro helado
    el amor que te di por el que sueñas,
    ...

  • Por una de esas raras reflexiones
    de la luz, que los físicos
    explicarán llenando
    de fórmulas un libro...,
    Mirándome las manos
    -como hacen los enfermos de continuo-,
    veo la faceta de un diamante, en una
    faceta del diamante de mi anillo,
    reflejarse tu cara, mientas piensas
    que divago o medito,
    o sueño... He descubierto
    por azar...

  • Sólo la voz de mis gemidos suena
    madre del corazón, en la morada
    ayer no más de tu presencia llena,
    y hoy sola y taciturna y enlutada.
    Ayer no más la henchía de contento
    el son más regalado a nuestro oído
    la música divina de tu acento
    por cuatro corazones repetido.
    Ayer no más de tu ¡mansión doliente
    las estancias desiertas y calladas...

  • Quisiera esta tarde divina de octubre
    Pasear por la orilla lejana del mar;

    Que la arena de oro, y las aguas verdes,
    Y los cielos puros me vieran pasar.

    Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
    Como una romana, para concordar

    Con las grandes olas, y las rocas muertas
    Y las anchas playas que ciñen el mar.

    Con el paso lento, y los ojos fríos...

  • Al nacer el día
    de la Anunciación,
    despierta la niña
    de un beso al calor.

    Con ser de su madre,
    la niña tembló.

    -¡Madre! madre mía
    de mi corazón;
    por si hace ya tiempo,
    ¿Te acuerdas que yo,
    tras la primer noche
    de mi comunión,
    te dije aquel sueño
    en que un ruiseñor,
    sobre una azucena
    parado cantó
    ...

  • Cuando Don Juan descendió hacia la onda subterránea
    Y hubo dado su óbolo a Caronte,
    Un sombrío mendigo, la mirada fiera como Antístenes,
    Con brazo vengativo y fuerte empuñó cada remo.

    Mostrando sus senos fláccidos y sus ropas abiertas,
    Las mujeres se retorcían bajo el negro firmamento,
    Y, como un gran rebaño de víctimas ofrendadas,
    En pos de él...

  • ¡Dónde estás!.jpg

    ¿Qué dragones, qué tarascas en alcázares dorados
    te custodian, ¡oh! princesa de mis sueños...