Arriates de amarantos hasta
el agradable palacio de Júpiter.
– ¡Sé que eres Tú, quien por aquí,
mezclas tu Azul, casi sahariano!
Luego, cual rosas y abetos solares
y lianas que tienen sus juegos cercados,
¡jaula de la viudita…!...
Arriates de amarantos hasta
el agradable palacio de Júpiter.
– ¡Sé que eres Tú, quien por aquí,
mezclas tu Azul, casi sahariano!
Luego, cual rosas y abetos solares
y lianas que tienen sus juegos cercados,
¡jaula de la viudita…!...
En el Buceo, de noche,
se asoman al mar los muertos
El que no trisque confianza
que encienda una luna. Es cierto.
Y si los muertos se asoman,
de noche, al mar comunero,
es porque tañen aldaba
modistas y zapateros.
Son las deudas planetarias:
los deudos, ¿por qué pusieron
al difunto ropa nueva,
zapatos y traje negro?
...
Buena orina y buen color,
y tres higas al doctor.
Cierto doctor medio almud
llamar solía, y no mal,
al vidrio del orinal
espejo de la salud;
porque el vicio o la virtud
del humor que predomina,
nos lo demuestra la orina
con clemencia o con rigor.
Buena orina y buen color,
y tres higas al doctor.
La sanidad, cosa es...
Buenos Aires es un hombre
Que tiene grandes las piernas,
Grandes los pies y las manos
Y pequeña la cabeza.
(Gigante que está sentado
Con un río a su derecha,
Los pies monstruosos movibles
Y la mirada en pereza.)
En sus dos ojos, mosaicos
De colores, se reflejan
Las cúpulas y las luces
De ciudades europeas.
Bajo sus pies...
Busco en la muerte la vida,
salud en la enfermedad,
en la prisión libertad,
en lo cerrado salida
y en el traidor lealtad.
Pero mi suerte, de quien
jamás espero algún bien,
con el cielo ha estatuido,
que, pues lo imposible pido,
lo posible aún no me den.
JULIÁN
Y yo los pusiera pior
ataos en un hormiguero,
amostrando al aire el... cüero
para longiarlos mejor.
Han hecho una chamuchina
de locro con carbonada,
sólo había combidada
pa los de la chupandina.
Y aqueya gente tan fina
comensaron a apedarse
Y unos a otros a gritarse
«Semos los netos de Flores,
blancos y...
Sobre la frágil onda iluminada
por el radiante sol, surca ligera
del bardo inglés la góndola dorada
desplegando a los aires su bandera.
De pie en la popa; la apolina frente,
bañada en rayos, la mirada inquieta
tendida por el mar resplandeciente,
boga triunfante el inmortal poeta.
Desde los cincelados miradores
las...
Una tela de araña temblorosa
bajo el pálido beso de la luna.
Una rosa otoñal, un lirio, una
rosa que se deshoja silenciosa.
La queja apasionada y dolorosa
de Pierrot que suplica. La importuna
serenata fatal que la Fortuna
va cantando fugaz y veleidosa.
Ronda armoniosa de mujeres. Ronda
acariciante y apacible bajo
el arábigo encaje...
El que hacerse quisiera caballero,
póngaseme muy grave y muy severo
y aprenda muy despacio
lo que son etiquetas de palacio.
Si nombrare al virrey, diga, su esencia,
y no como la plebe, Su excelencia;
al título lo trate de Usiría,
y que le nombra así de cortesía
y a que no hablarle más ya se resuelve
porque no se la vuelve.
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