• Ya se acerca el instante bienhadado
    de volver, dulce Patria, a tu ribera,
    que, ha un lustro, a mi profunda
    constante pena siglo dilatado,
    mi planta abandonó por vez segunda:
    ¡piadoso el cielo quiera
    que sea de mi vida la postrera!
    Que, aunque de ti destierro no me aparte,
    sin cesar empleado en recordarte,
    de la ausencia el tormento
    al...

  • Cuando en los días primeros
    de tu existencia te vi,
    lunar no hallaban en ti
    ni los ojos más severos.
    Y si no me alucinó
    el casi paterno afecto,
    criatura sin defecto
    te jurara entonces yo.
    Mas pronto Naturaleza,
    arrepentida de haber
    creado un humano ser
    con tan divina belleza,
    dijo: «no es bien que te dé,
    »predilecta...

  • No muera, amigos, en el pecho helado
    tímido el fuego creador del genio:
    llega el momento en que la lira el libre
    cántico suene.

    Ese que os hizo de abundante vena
    rico presente la deidad del Pindo,
    no es vuestro sólo; de la patria es feudo:
    ella lo pide.

    «¡Ay! ¡De la patria!..., preguntar os oigo:
    ¿Dó está la patria?... Al corazón no llega...

  • Hay muchas flores, pero pocas
    Darán fruto en el mundo,
    Todas llaman a la puerta de la vida,
    Pero muchas se sacuden muertas.

    Es fácil escribir versos
    Cuando nada tienes que decir,
    Enfilando palabras vacías
    Que en su cola sonarán.

    Pero cuando tu corazón es inquieto
    Por anhelos vivos y pasiones,
    Y sus voces tu mente
    Se queda para...

  • Si supiérais con qué piedad os miro
    y cómo os compadezco en esta hora.
    En medio de la paz de mi retiro
    mi lira es más fecunda y más sonora.

    Si con ello un pesar mayor os causo
    y el dedo pongo en vuestra llaga viva,
    sabed que nunca me importó el aplauso
    ni nunca me ha importado la diatriba.

    ¿A qué dar tanto pábulo a la pena
    que os produce...

  • Corred, lágrimas tristes,
    que es dulce al alma mía
    sentiros a raudales
    del corazón manar;
    corred, que los suspiros
    que exhalo en todo el día
    las ansias de mi pecho
    no bastan a calmar.

    Triste, férvido llanto,
    tus gotas de amargura
    mitigan celestiales
    la sed del corazón;
    y sólo tú suavizas
    mi horrenda desventura,...

  •   Paisanos: como esta es luz
    Que ando hasta medio asustáo,
    Y eso que ya estoy cansáo
    De hacerle al diablo la cruz.
    Gambetié como avestruz
    Pa juirles a los puebleros:
    Pero eyos, que son auteros,
    Me bolearon de paráo,
    Y a la suidá se han yeváo
    Mis estilitos camperos.

    Y ustedes, que en las cuchiyas
    Tuitas sus ansias pusieron,...

  • Tú vives, cara hermana, todavía,
    y el desgraciado huérfano que vaga
    por lejanas regiones, desconfía
    si hay quien lamente su fortuna aciaga.
    Respiras, Soledad, y la alegría
    ni un solo instante el corazón halaga.
    ¡Ay! Sí, vives, y me amas; mas los mares
    te impiden consolarme en mis pesares.

    ¡Quien sabe si entre tanto que mi pecho...

  • A mis soledades voy,
    de mis soledades vengo,
    porque para andar conmigo
    me bastan mis pensamientos.

    ¡No sé qué tiene la aldea
    donde vivo y donde muero,
    que con venir de mí mismo
    no puedo venir más lejos!

    Ni estoy bien ni mal conmigo;
    mas dice mi entendimiento
    que un hombre que todo es alma
    está cautivo en su cuerpo.

    ...

  • Insensibles a fiestas y grimas
    y con alas de luz de centellas,
    pero esquivos a cautas doncellas,
    difundíos por gentes y climas.

    No sois gemas inmunes a limas
    y con lampos de fijas estrellas,
    sino chispas de golpes y mellas
    y ardéis lascas de piedras de simas.

    Pero hay siempre valer en las rimas.
    Por que duran refranes? Por ellas,
    y...