El cielo es de ceniza.
Los árboles son blancos,
y son negros carbones
los rastrojos quemados.
Tiene sangre reseca
la herida del Ocaso,
y el papel incoloro
del monte está arrugado.
El polvo del camino
se esconde en los barrancos.
Están las fuentes turbias
y quietos los remansos.
Suena en un gris rojizo
la esquila del...
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Tu bondad, tu trato ameno,
tu faz, tu ingenio florido,
Campoamor, son un veneno;
pues, siendo tan descreído,
no debieras ser tan bueno.Hoy con tu ejemplo se ve
más válida la opinión
de que es fácil que se dé
la moral sin religión,
y la conciencia sin fe.¡Hombre, no inspires amor!
Te lo ruego por Dios vivo...
¡Hazte... -
I
Es la tierra de Soria árida y fría.
Por las colinas y las sierras calvas,
verdes pradillos, cerros cenicientos,
la primavera pasa,
dejando entre las hierbas olorosas
sus diminutas margaritas blancas.
La tierra no revive, el campo sueña.
Al empezar abril está nevada
la espalda del Moncayo;
el caminante lleva en su... -
I
No sabía
si era un limón amarillo
lo que tu mano tenía,
o el hilo de un claro día,
Guiomar, en dorado ovillo.
Tu boca me sonreía.
Yo pregunté: ¿Qué me ofreces?
¿Tiempo en fruto, que tu mano
eligió entre madureces
de tu huerta?
¿Tiempo vano
de una bella tarde yerta?
¿Dorada esencia encantada?... -
I
Por la sierra blanca...
La nieve menuda
y el viento de cara.
Por entre los pinos...
por la blanca nieve
se borra el camino.
Recio viento sopla
de Urbión a Moncayo.
¡Páramos de Soria!II
Ya habrá cigüeñas al sol,
mirando la tarde roja,
entre Moncayo y Urbión.III...
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Aquí se siente a Dios. En el reposo
de este dulce aislamiento
un fecundo sentido religioso
preside el pensamiento.
Derrámase por uno de dulzuras
ambiente equilibrado,
y en él cosecha las ideas puras
de que está penetrado.
Y sereno después, las alas tiende
y escala el firmamento,
seguro como el pájaro que hiende
su apropiado... -
¡Oh libertad preciosa,
no comparada al oro,
ni al bien mayor de la espaciosa tierra,
más rica y más gozosa
que el precioso tesoro
que el mar del sur entre su nácar cierra
con armas, sangre y guerra,
con las vidas y famas,
conquistado en el mundo;
paz dulce, amor profundo,
que el mar apartas y a tu bien nos llamas;
en ti... -
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¡Oh belleza! alto don, rico tesoro,
Precioso bien a la mujer guardado,
Con más vehemencia ansiado
Que el diamante oriental, y más que el oro;
¿Quién te dio ese poder? ¿De quién hubiste
La magia celestial? En donde quiera
Que muestres esa lumbre
Por siempre vencedora,
Reinar y avasallar como señora,
Rendir y embelesar es tu costumbre.... -