• Si suspiros aliento,
    No son blandos alivios del tormento,
    Vientos sí, que en dolores
    Blandamente respiran mis amores,
    Porque aviven al pecho, que se inflama
    Del fuego amante, la perpetua llama.

  • Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
    ...pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad
    envidiosa en mi clava los dardos de su inquina,
    esquívase en silencio mi planta, y se encamina hacia más puro
    ambiente de amor y caridad.

    ¿Rencores? ¡De qué sirven! ¿Qué logran los rencores?
    Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
    Mi rosal tiene...

  • ¡Viva, te amé tanto, tanto!
    Muerta, te amo mucho más;
    mañana, resucitada...
    ¡cómo te pudiera amar!

  • Si yo fuera un poeta
    galante, cantaría
    a vuestros ojos un cantar tan puro
    como en el mármol blanco el agua limpia.
    Y en una estrofa de agua
    todo el cantar sería:
    “Ya sé que no responden a mis ojos,
    que ven y no preguntan cuando miran,
    los vuestros claros, vuestros ojos tienen
    la buena luz tranquila,
    la buena luz del mundo en...

  •  
    Siempre alcanza lo que quiere
    Con damas el atrevido,
    Y el que no es entremetido
    De necio y cobarde muere.

    La honestidad en las damas
    Es un vela que las fuerza,
    Cuando amor tiene mas fuerza,
    A no descubrir sus llamas:
    Por eso el que las sirviere
    Gánase por atrevido,
    Que el que no es entremetido, &c....

  • Siempre fugitiva y siempre
    cerca de mí, en negro manto
    mal cubierto el desdeñoso
    gesto de tu rostro pálido.
    No sé adónde vas, ni dónde
    tu virgen belleza tálamo
    busca en la noche. No sé
    qué sueños cierran tus párpados,
    ni de quién haya entreabierto
    tu lecho inhospitalario.
    ...............................
    Detén el paso belleza...

  • Siempre ha gemido la prensa;
    pero hoy que le das, Talidio,
    a imprimir tus obras todas,
    gime al menos con motivo.

  • ¿Que cante?... Puntiá, chiruza,
    Puntiá un triste, y va a ser robo,
    Que pa amacarte en un trovo,
    Vos mesma serás mi musa;
    La otra de juro se escusa,
    Y es igual... Seguí templando,
    Mientras yo vi acorralando
    En el brete del olvido
    Zonceras que no he podido
    De mi memoria ir borrando.

    Con tu guitarra, eso si;
    ¿Con la mía? ¡Ni se te...

  • ¡A las flores emblema de la muerte,
    las llaman siemprevivas!...
    ¿O será porque el vaho de las tumbas
    sus ya marchitas hojas no marchita?

    Al no poder llorar, ríen los hombres,
    y, al mirarlos pasar, causan envidia.
    ¡Siemprevivas! si el bien tiene su llanto,
    también tiene el dolor su amarga risa.

  • Azules tus ojos. Azules y largos, como un deseo perezoso, cuando el cansancio pesa en tus párpados caídos.

    ¡Así!..., en el arrobo conventual de una mirada, quisiera reposar mi alma entre la sombra blanda que amontonan tus pestañas.

    Mientras los postigos de nuestro cuarto se ribetean de sol.


    «La Porteña», 1914.