• 1
    Desdenes, que el amor de acíbar llena,
    destierran de tu margen, blanco río,
    a quien sin duda fue cisne en la pena,
    pues la supo llorar sonoro y pío.
    Pero si quieres hoy verle en tu arena,
    deja las ovas del retrete umbrío
    que por último vale a tus orejas,
    invía estas palabras y estas quejas.

    ...

  • Pasó en un mundo saturnal; yacía
    bajo cien noches pavorosas, y era
    mi féretro el Olvido... Ya la cera
    de tus ojos sin lágrimas no ardía.

    Se adelantó el enterrador con fría
    desolación. Bramaba en la ribera
    de la morosa eternidad, la austera
    Muerte hacia la infeliz Melancolía.

    Sentí en los labios el dolor de un beso.
    No pude hablar. En mi...

  •    I
    Vistió mi juventud oro y brocado.
    En su copa de púrpura embozada,
    la mano sobre el pomo cincelado
    de su sutil y florentina espada,

    la blanca pluma del chambergo al viento,
    al luar de las noches estivales
    bajo la esbelta ojiva de un convento
    mustió sus primeros madrigales.

    Y hubo una faz seráfica y radiosa
    que tras la...

  • Ruge el mar, se encrespa y se agiganta;
    la luna, ave de luz, prepara el vuelo
    y en el momento en que la faz levanta,
    da un beso al mar, y se remonta al cielo.

    Y aquel monstruo indomable, que respira
    tempestades, y sube y baja y crece,
    al sentir aquel ósculo, suspira...
    y en su cárcel de rocas... se estremece!

    Hace siglos de siglos que, de...

  • Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita
    de junco y capulí;
    ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
    la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.

    Dónde estarán sus manos que en actitud contrita
    planchaban en las tardes blancuras por venir;
    ahora, en esta lluvia que me quita
    las ganas de vivir.

    Qué será de su falda de franela; de...

  • ¡Oh las místicas tardes en que sueño a tu lado,
    cuando tus manos trémulas despiertan el teclado!
    Y en la estancia impregnada de aromas ancestrales,
    las notas se remontan, como aves otoñales,
    buscando, en la penumbra, los abiertos vitrales.

    En la paz de las horas liberta el viejo clave,
    ideales ignorados, con su embrujada llave.
    Nuestras almas...

  • La vida mágica se vive entera
    en la mano viril que gesticula
    al evocar el seno o la cadera,
    como la mano de la Trinidad
    teológicamente se atribula
    si el Mundo parvo, que en tres dedos toma,
    se le escapa cual un globo de goma.

    Idolatremos todo padecer,
    gozando en la mirífica mujer.
    Idolatría
    de la expansiva y rutila garganta...

  • Hoja del árbol caída en infancia
    hoja caída de rodillas
    en el centro de su olvido
    dulce juguete de esperanzas y relámpagos
    sangrando la cabeza malherida
    como las ilusiones ópticas
    en su palacio de muerte inolvidable
    constante barco de corazón doliente
    entre naufragio y sombra apresurada.

    Hoja del nudo caído en árbol caído en infancia...

  • ELEGIA III.

    Ilustre alma, gentil lumbre del cielo,
    Di cui begli occhi il raggio orna, e rischiara
    Y enciende el mundo en puro y santo zelo.

    O sopra ogn' altra gloriosa, e rara,
    Honor de qualquier siglo, do el camino
    Di gir al cielo ogn' alma errante impara.

    ¡O tú que sola por favor divino
    In te raccolta á te sempre simíle
    Vences las...

  • ¡Ahí pasa! ¡Llamadla! ¡Es su costado!
    ¡Ahí pasa la muerte por Irún:
    sus pasos de acordeón, su palabrota,
    su metro del tejido que te dije,
    su gramo de aquel peso que he callado ¡si son ellos!

    ¡Llamadla! Daos prisa! Va buscándome en los rifles,
    como que sabe bien dónde la venzo,
    cuál es mi maña grande, mis leyes especiosas, mis códigos terribles....