• ¡Vibras, rayo! La muerte va contigo:
    tronchas el árbol y huye tu reflejo;
    las aves lloran al frondoso amigo;
    ¿cómo no han de llorar al árbol viejo
    que les dio sombra y bienestar y abrigo?

    Salta el rayo en la nube! Alfanje de oro,
    raja el ámbito negro y atraviesa
    el abismo; desciende a la dehesa
    y húndese en el testuz del viejo toro.

    Tras...

  • Funambulesca.jpg

    Mis pesares son alegres y mi dicha llanto vierte;
    son mis duelos danzarines y mis júbilos son frailes;
    yo he sentido en...

  • I

    Su esfera de cristal la luna apaga
    En la pálida niebla de la aurora
    Y la brisa del mar fresca y sonora
    Entre los pinos de la costa vaga.

    Aquí murió de amor en hora aciaga
    Mirtilo, y Bala su rebaño; llora
    La primavera y le tributa Flora
    Rústico incienso cuyo olor embriaga...

  •  Ayer en la taberna, tristemente,
    un borracho, pontífice del vino,
    decía a otro borracho impenitente,
    bebiendo el primer vaso matutino:

     Yo llevo en mi interior un silencioso
    Genio o Poder que nunca me abandona:
    Enemigo ignorado y fastidioso
    que...

  • ¡DE qué modo tan triste y tan feo
            Acaba la vida!....
    ¡Como van aumentando las penas
            Y huyendo la dicha!....
    ¡Como va ennegreciéndose el cielo
            Donde antes reían
    La dulce esperanza, el deseo,
            Y estas infinitas
    Visiones de célico brillo
            Que el hombre se cría!...
    ¡Como cambia el aspecto de todo...

  • (Al Conde de Niebla)

    Estas que me dictó, rimas sonoras,
    Culta sí aunque bucólica Talía,
    Oh excelso Conde, en las purpúreas horas
    Que es rosas la alba y rosicler el día,
    Ahora que de luz tu niebla doras,
    Escucha, al son de la zampoña mía,
    Si ya los muros no te ven de Huelva
    Peinar el viento, fatigar la selva.
    Templado pula en la...

  • La ciudad de Babilonia
    --famosa, no por sus muros--
    (fuesen de tierra cocidos
    o sean de tierra crudos),
    sino por los dos amantes,
    desdichados hijos suyos,
    que, muertos, y en un estoque,
    han peregrinado el mundo--
    citarista dulce, hija
    del Archipoeta rubio,
    si al brazo de mi instrumento
    le solicitas el pulso,
    digno sujeto...

  • No merecías las loas vulgares
    que te han escrito los peninsulares.

    Acreedora de prosas cual doblones
    y del patricio verso de Lugones.

    En el morado foro episcopal
    eres el Árbol del bien y del mal.

    Piensan las señoritas al mirarte:
    con virtud no se va a ninguna parte.

    Monseñor, encargado de la Mitra,
    apostató con la Danza de Anitra.

    ...
  • I

    La montaña que tiembla, porque siento
    germen de cataclismo en sus entrañas;
    el huracán que gemebundo emigra
    quién sabe a qué región y qué distancia;
    el mar que ruge protestando airado
    de la ley del nivel que lo avasalla;
    los mundos del sistema -¡tristes mundos!-
    que al sol de Dios obedeciendo pasan
    como...

  • ¡Princesa, cómo envidio la suerte de esa Hebe
    que de la taza sube hasta tus labios grana!
    Mas quien no es ni aún abate, ni a desear se atreve
    ver su desnudo en rosa sobre tu porcelana.
     
    Yo no soy el cojín que dibuja tu codo
    ni el carmín de tus labios, ni tu borla empolvada,
    ni tu lindo abanico... Mas si a pesar de todo
    me has mirado tú, rubia...