• Un gordo capuchino confesaba

    a una sierva de Dios que se quejaba

    de un panadizo fiero que tenía

    en un dedo ya mucho tiempo hacía,

    el cual, sin mejorarse con ungüentos,

    cada vez le causaba más tormentos.

    El fraile, de su mal compadecido,

    la dijo: -Hermana, tenga por perdido

    el tiempo que se aplica

    asquerosos emplastos de botica,...

  • En el aire reseco, flota miel diluída,
    De los árboles bajan zumos de primavera,
    La sangre de los troncos su subida acelera.
    La abeja soberana va a quitar una vida.

    Por el urbano parque de rojizos senderos,
    Afeitadas gramillas y artificiales fuentes,
    Paseo. Las estatuas tienen tristes las frentes,
    Pero a sus pies las flores saltan de los canteros....

  • Alza el caudillo de Israel la mano,
    tendiendo al mar la portentosa vara,
    y obediente a Moisés, el océano
    en dos mitades su caudal separa;
    y cual paredes de cristal, levanta
    a un lado y otro un gigantesco muro,
    y por el centro con enjuta planta,
    el pueblo de Israel pasa seguro.
    El fiero egipcio, que escaparse mira
    la presa que ya toca su...

  • A Raquel que me dijo un día:
    «Cuando tú te alejas un sólo instante,
    el tiempo y yo lloramos...»

    Yo soy ese que salió hace un año de su tierra
    Buscando lejanías de vida y muerte
    Su propio corazón y el corazón del mundo
    Cuando el viento silbaba entrañas
    En un crepúsculo gigante y sin recuerdos

    Guiado por mi estrella
    Con el pecho vacío...

  • Viajaba. El paisaje en medio del cual me había colocado tenía grandeza y nobleza irresistibles. Algo de ellas se comunicó sin duda en aquel momento a mi alma. Revoloteaban mis pensamientos con ligereza igual a la de la atmósfera; las pasiones vulgares, como el odio y el amor profano, aparecíanseme ya tan alejadas como las nubes que desfilaban por el fondo de los abismos, a mis pies; mi alma...

  • El joven Melibeo
    guiaba su rebaño
    por la frondosa orilla
    de cierto río tortuoso y claro.
    Al pie de una alta haya, 5
    en el sombrío campo,
    se sienta, y le rodea
    paciendo mansamente su ganado.
    En el cantar, maestro,
    y en la zampoña, sabio, 10
    sus versos pastoriles
    entona diestramente acompañado.
    Mirlos y...

  • En un espacioso rancho
    De amarillentas totóras,
    En derredor asentadas
    De una llama serpeadora,
    Que ilumina los semblantes
    Como funeraria antorcha,
    Hirviendo el agua en el fuego,
    Y de una mano tras otra
    Pasando el sabroso mate
    Que todos con gusto toman,
    Se pueden contar muy bien
    Como unas doce personas,
    Pero están con tal...

  • En lo interior del África buscaba
    un joven viajero
    cierto pueblo en que a todos se hospedaba
    sin que diesen dinero;
    y con esta noticia que tenía
    se dejó atrás un día
    su equipaje y criado,
    y, yendo apresurado,
    sediento y caluroso,
    llegó a un bosque frondoso
    de palmas, cuyas sendas mal holladas
    sus pasos condujeron
    al pie...

  • Junto al negro palacio del rey de la isla de Hierro—(¡oh, cruel, horrible destierro!)— ¿cómo es que tú, hermana harmoniosa, haces cantar al cielo gris, tu pajarera de ruiseñores, tu formidable caja musical? ¿No te entristece...

  • (ORIENTAL)
    La sultana Amina llora,
    llena de horror y tristeza,
    porque en una pica mora
    ve clavada la cabeza
    del hombre a quien ella adora.
    Sus sedas, gasas y tul,
    rasga, iracunda y furiosa;
    tira su turbante azul
    y su diadema preciosa
    que vale más que Stambul.
    Pisa joyas y diamantes,
    ...