• ¡Alza su tersa frente,
    Juventud Filipina, en este día!
    ¡Luce resplandeciente
    Tu rica gallardía,
    Bella esperanza de la patria mía!

    Vuela, genio grandioso,
    Y les infunde noble pensamiento,
    Que lance vigoroso,
    Más rápido que el viento,
    Su mente virgen al glorioso asiento.

    Baja con la luz grata
    De las artes y ciencias a la arena...

  • Era alegre la tarde
    y alegre era la risa.
    Todo era alegre y bueno
    y arriba estaba el cielo.

    Oscuro a veces, pálido a veces,
    ausente a veces, estaba el cielo.
    Mas era azul y blanco y bueno.
    Y era el cielo.

  • I

    Mimí Pinsón, la griseta
    seductora,
    arrulla, dulce y coqueta,
    con su risa trinadora,
    la juventud del poeta.
    Junto a su amada, el cantor
    da al olvido
    toda amargura y dolor,
    al pie de rosal florido
    donde mora un ruiseñor.
    Y ella, con vivos fulgores
    en los ojos,...

  • Para tu belleza rara
    vana es del tiempo la fuga:
    que aún no con sus sulcos ara
    la fea enojosa ruga
    tu hermosa frente y tu cara;
    De tu purpúrea mejilla
    aún el nativo carmín
    vence al mentido y humilla,
    y la reina del jardín
    de verle se maravilla;
    aún no hay blancura tan rara,
    cuajada trémula leche,
    puro mármol, nieve clara,...

  • Los quince y los dieciocho,
    los dieciocho y los veinte...
    Me voy a cumplir los años
    al fuego que me requiere,
    y si resuena mi hora
    antes de los doce meses,
    los cumpliré bajo tierra.
    Yo trato que de mí queden
    una memoria de sol
    y un sonido de valiente.

    Si cada boca de España,
    de su juventud, pusiese
    estas palabras,...

  • Mi juventud se torna grave y serena como
    un vespertino trozo de paisaje en el agua:
    la ebullición sonora de aquel primer asomo
    primaveral, deshízose lentamente en mi fragua…

    Tu risa de oro, de cristal, de plata,
    rememora un scherzo ya lejano…
    en tu risa hay un eco de sonata,
    de pizzicato de violín tzigano.

    Jugueteando en el nido de tu boca,...

  • Caídos sí, no muertos, ya postrados titanes,
    están los hombres de resuelto pecho
    sobre las más gloriosas sepulturas:
    las eras de las hierbas y los panes,
    el frondoso barbecho,
    las trincheras oscuras.

    Siempre serán famosas
    estas sangres cubiertas de abriles y de mayos,
    que hacen vibrar las dilatadas fosas
    con su vigor que se decide en rayos...

  • Le di al pingo una ración,
    y me enbitó don Miguel
    a que saliese con él
    pa yebarme a una riunión,
    en la cual nuestra openión
    diba a tratar ese día,
    que de votar se astendría
    por no poder consentir
    el modo ruin de cumplir
    que la otra gente tenía.

    Seguimos nuestro camino
    y parao en una puerta
    vi a un gefe de cara tuerta...