Viendo el Amor un día
que mil lindas zagalas
huían de él medrosas
por mirarle con armas,
dicen que de picado
les juró la venganza
y una burla les hizo,
como suya, extremada.
Tornose en mariposa,
los bracitos en alas,
y los pies ternezuelos
en patitas doradas.
¡Oh!, ¡qué bien que parece!
¡Oh!, ¡qué suelto...