Yo vi que no eran tu mansión mis lares,
amada entre las Diosas, y por ti
surqué extranjeros procelosos mares,
y apartadas regiones recorrí.
Y cada orilla que tocó mi prora
con labio ansioso preguntar me oyó:
¿Aquí, decidme, la Ventura mora?
Mas ¡ay!...
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Dormir no me trae felicidad, Dormir no me trae descanso; Dormir no me trae... |
Un cielo azul de estrellas |
No tiene la Dicha en la tierra ... |