¡Feliz, Elpino, el que jamás conoce
otro cielo ni sol que el de su patria!
¡Ay, si ventura tal contar pudiera...!
Tú, empero, partes, y a la dulce patria
tornas... ¡Dado me fuera
tus pisadas seguir! ¡Oh! ¡cuán gozoso
tu triste amigo oyera
el ronco son con que la herida playa
al terrible azotar del Océano
responde largamente! Sí; la vista...