• ¿Conoces, como yo, el dolor sabroso?,
    Y de ti haces decir: "¡Oh, que hombre singular!"
    -Iba yo a morir. Era aquello en mi alma amorosa,
    Deseo mezclado al horror, un mal particular;

    Angustia y viva esperanza, sin humor ficticio.
    Cuanto más se vaciaba la fatal ampolleta,
    Más áspera y deliciosa era mi tortura;
    Todo mi corazón se desprendía del mundo...

  • (EN EL CONCIERTO)
    Llueve; la tarde triste y nebulosa.
    Al beso de la lluvia fecundante
    su frente inclina la purpúrea rosa,
    como al ósculo fresco del amante
    la enamorada virgen ruborosa.
    El agua cristalina
    en las frondosas ramas centellea,
    cual joya de diamantes que campea
    en los bellos cabellos de una ondina...

  •  
    VINO el angel del sueño
    Y en mi tranquilo lecho reposó;
    Con sus dedos de pétalos de rosa
            Mis párpados cerró.
    Vedándome que viera las estrellas
            En el espacio azul,
    Y era porque no viera que venías
            Á visitarme tú.
    Mas cantaron al fin las golondrinas
            Y apareció la luz;
    Dejó mi lecho el angel...

  • Era un sueño muy dulce y lejano...
    En la verde y floreada alameda
    con la vaga tristeza de un piano
    se juntaba el frúfré de tu seda.

    El camino era largo; las flores,
    se inclinaban, la luna dormía,
    despertaban mis locos amores
    de una vieja y letal atonía.

    ¡Oh, qué larga, qué triste avenida!
    y ninguno pensaba en el viaje,
    yo llevaba tu...

  • Tienen los locos sueños donde traman
    elíseos de una secta. Y el salvaje
    vislumbra desde el sueño más profundo
    lo celestial. Es lástima que no hayan
    transcrito en una hoja o en vitela
    las sombras de esa lengua melodiosa
    y sin laurel transcurran, sueñen, mueran.
    Pues sólo la Poesía dice el sueño,
    con hermosas palabras...

  • Los ojos andan de día en día
    Las princesas posan de rama en rama
    Como la sangre de los enanos
    Que cae igual que todas sobre las hojas
    Cuando llega su hora de noche en noche.

    Las hojas muertas quieren hablar
    Son gemelas de voz dolorida
    Son la sangre de las princesas
    Y los ojos de rama en rama
    Que caen igual que los astros viejos
    Con...

  • Mayo de 1919

    Mi corazón reposa junto a la fuente fría.

    (Llénala con tus hilos,
    Araña del olvido.)

    El agua de la fuente su canción le decía.

    (Llénala con tus hilos,
    Araña del olvido.)

    Mi corazón despierto sus amores decía.

    (Araña del silencio,
    Téjele tu...

  • ¡Oh! ¡Cómo es grato a veces entre sueños
    ver pasar la fantasma misteriosa,
    en que descubre el alma apasionada
    el rostro del objeto a quien adora;
    y recordar entonces la mirada,
    llena de languidez y de dulzura,
    que dice: «Yo te adoro, ángel del Cielo»,
    y ver correr el llanto de ternura,
    y poderse decir: «Logré un suspiro,
    yo soy sólo...

  • Belisa duerme: el céfiro suave
    agita la violeta blandamente;
    el arroyuelo corre mansamente,
    y el padre Tormes con su ruido grave
    teme inquietar su sueño regalado;
    el Sol desde el Ocaso
    lanza lánguidos rayos;
    el Amor recostado
    sobre el tierno regazo
    de Belisa, le guarda el dulce sueño.

    El cefirillo vivo
    en...

  • Durmiose; y al profundo abismo luego
    le parece que baja despeñado,
    donde castiga inextinguible fuego
    a cuantos mueren en mortal pecado,
    y donde son las penas tan atroces,
    que las mayores penas terrenales
    son ilusiones y parecen goces
    junto a aquellos tormentos inmortales.
    Él, a quien enseñó Filosofía
    que mueren alma y cuerpo juntamente,...