• I
    Del camino luciente fatigados
    Corriendo el cuarto giro todo el día
    Buscan a Tetis fria
    Los cuatro brutos de Faetón alados;
    Frágiles ya con últimos alientos,
    Ya con ardor sedientos
    Cuando a Neptuno el hospedaje deben,
    Corales pacen, y cristales beben.

    II
    Bella Anfitrite en cristalinos brazos
    Recibe alegremente al...

  •  Nos eres familiar como una cosa
    que fuese nuestra, solamente nuestra;
    familiar en las calles, en los árboles
    que bordean la acera,
    en la alegría bulliciosa y loca
    de los muchachos, en las caras
    de los viejos amigos,
    en las historias íntimas que andan
    de boca en boca por el barrio
    y en...

  • En la desnuda tierra del camino
    la hora florida brota,
    espino solitario,
    del valle humilde en la revuelta umbrosa.
    El salmo verdadero
    de tenue voz hoy torna al corazón, y al labio,
    la palabra quebrada y temblorosa.
    Mis viejos mares duermen; se apagaron sus
    espumas sonoras
    sobre la playa estéril. La tormenta
    camina lejos en la nube...

  • Ni sé para quién es esta amargura!
    Oh, Sol, llévala tú que estás muriendo,
    y cuelga, como un Cristo ensangrentado,
    mi bohemio dolor sobre su pecho.
    El valle es de oro amargo;
    y el viaje es triste, es largo.

    Oyes? Regaña una guitarra. Calla!
    Es tu raza, la pobre viejecita
    que al saber que eres huésped y que te...

  • Para Carmen Rosa

    Fundiendo el oro
    de tu belleza con el tesoro
    de mi tristeza,
    fabricaré yo un cáliz de áurea realeza
    en donde, juntos, exprimiremos
    el ustorio racimo de los dolores,
    en donde, juntos, abrevaremos
    nuestros amores...
    Será una copa sacra. Labios humanos
    no mojarán en ella;
    decorarán sus bordes lirios gemelos...

  • Seguiré mi camino soportando la carga
    de un amor imposible. Siempre fiel al Destino,
    seguiré mi camino
    sin sospechar siquiera que la jornada es larga.

    Mi juventud marchita dirá de la tristeza
    de los años vividos... y, compasiva e inquieta,
    miraras al poeta
    taciturno, que llora la sed de tu belleza;
    Sin poder consolarle de secretas angustias,...