• De no hallar en mis amores
    el número de mi mesa
    sabe Dios cuánto me pesa.

    Cuéstame hartos desvelos
    celos bastardos, mal nacidos celos.

    No soy carne ni pescado,
    y aunque mi sazón es corta
    sé muy bien lo que me importa.

    Mi gusto aprendió en Toscana,
    pues hallo el arte de amar
    en el tropo variar.

    Peor que el diablo soy si me...

  • I

    Hanme dicho que se atreve
    una dueña a decir mal,
    y he sabido cómo bebe
    continuo sobre un brial;
    y aun bebe de tal manera
    que, siendo de terciopelo,
    me dicen que a chico vuelo
    será de la tabernera.

    II

    Está como un serafín
    ...

  • Ya pasaste por mi casa,
    a flor de ti la sonrisa...
    Fuiste un ensueño de gasa;
    fuiste una gasa en la brisa...

    Te vi flotar en la bruma
    que tu blancura aureola,
    como un boceto de espuma
    sobre un pedestal de ola.

    Yo, que he buscado el lucero
    que a Belén lleva el camino,
    preso por lazos de acero
    al potro de mi destino,

    ...

  • Di, Panadera,
    Panadera soldadera,
    que vendes pan de barato,
    quéntanos algún rebato
    que te aconteció en la vera.

    Di, Panadera.
    Un miércoles que partiera
    el príncipe don Enrique
    a buscar algún buen pique
    para su espada ropera,
    saliera sin otra espera
    de Olmedo tan gran compaña,
    que con mui fermosa maña
    al Puerto se...

  • 1. En mí yo no vivo ya,
    y sin Dios vivir no puedo;
    pues sin él y sin mí quedo,
    este vivir ¿qué será?
    Mil muertes se me hará,
    pues mi misma vida espero,
    muriendo porque no muero.

    2. Esta vida que yo vivo
    es privación de vivir;
    y así, es continuo morir
    hasta que viva contigo.
    Oye, mi Dios, lo que digo:
    que esta...

  • El Pajarito, madre,

    después que me picó,

    me ha dejado burlada.

    ¡Ay de mi, qué dolor!

    El Pájaro ya voló.

    El Pájaro era blanco,

    travieso y juguetón,

    de pluma crespa y negra,

    con pico de arrebol.

    Estando yo solita

    en mi cuarto se entró

    y mil dulces tonadas

    al punto me cantó.

    En ellas...

  • ¡Ay del que llega sediento
    a ver el agua correr
    y dice: La sed que siento
    no me la calma el beber!
    ¡Ay de quien bebe, y, saciada
    la sed, desprecia la vida:
    moneda al tahúr prestada,
    que sea al azar rendida!
    Del iluso que suspira
    bajo el orden soberano,
    y del que sueña la lira
    pitagórica en su mano.
    ¡Ay del noble...

  • Entréme donde no supe: y quedéme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo.

    1. Yo no supe dónde estaba,
    pero, cuando allí me vi,
    sin saber dónde me estaba,
    grandes cosas entendí;
    no diré lo que sentí,
    que me quedé no sabiendo,
    toda ciencia trascendiendo.

    2. De paz y de piedad
    era la ciencia perfecta,
    en profunda...

  • Poeta ayer, hoy triste y pobre
    filósofo trasnochado,
    tengo en monedas de cobre
    el oro de ayer cambiado.
    Sin placer y sin fortuna,
    pasó como una quimera
    mi juventud, la primera...,
    la sola, no hay más que una;
    la de dentro es la de fuera.
    Pasó como un torbellino,
    bohemia y aborrascada,
    harta de coplas y vino,
    mi...

  • Al fin, una pulmonía
    mató a don Guido, y están
    las campanas todo el día
    doblando por él: ¡din-dan!
    Murió don Guido, un señor
    de mozo muy jaranero,
    muy galán y algo torero;
    de viejo, gran rezador.
    Dicen que tuvo un serrallo
    este señor de Sevilla;
    que era diestro
    en manejar el caballo,
    y un maestro
    en refrescar...