Coplas

De no hallar en mis amores el número de mi mesa sabe Dios cuánto me pesa. Cuéstame hartos desvelos celos bastardos, mal nacidos celos. No soy carne ni pescado, y aunque mi sazón es corta sé muy bien lo que me importa. Mi gusto aprendió en Toscana, pues hallo el arte de amar en el tropo variar. Peor que el diablo soy si me resuelvo, pues a puerta cerrada aún no me vuelvo. Cúpome el número sexto, mas yo he sido tan fiel que jamás me acusé de él. Puesto que no hay más que ver en lo que llego a mirar, aún hay más que desear. Para la flecha de amor, aunque aguda y penetrante, tengo el pecho de diamante. Aunque en orden a limpieza todos dirán en mi abono mejor cuelo que jabono. No lloréis, ojos hermosos, no lloréis. Podrá ser que os engañéis. Sin pundonor, sin melindres, sin desdenes, vengo a ser don calla a más no poder.

Collection: 
1599

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Hagan plaza, den entrada, que viene triunfando Amor de una batalla mortal en que ha sido vencedor.

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Que el clavel y la rosa, ¿cuál era más hermosa? El clavel, lindo en color, y la rosa todo amor; el jazmín de honesto olor, la azucena religiosa, ¿Cuál es la más hermosa? La violeta enamorada, la retama encaramada, la madreselva mezclada, la flor de lino celosa. ¿Cuál es la más hermosa? Que el...

Cuando la mulata noche con sus higas de azabache, sale a estrellarse con todos lleno el rostro de lunares; cuando brujas y lechuzas a lustras tinieblas salen, a chupar lámparas, unas, y otras a chupar infantes, me salí confuso y triste a buscar un consonante ¡forzosa pensión de aquéllos que...

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