I Hanme dicho que se atreve una dueña a decir mal, y he sabido cómo bebe continuo sobre un brial; y aun bebe de tal manera que, siendo de terciopelo, me dicen que a chico vuelo será de la tabernera. II Está como un serafín diciendo ya: -«¡Ojalá estuviese San Martín adonde mi casa está!» De Valdiglesias se entiende esta petición, y gana por ser de allí parroquiana pues que tal vino se vende. III Y reza de cada día, esta devota señora, esta santa letanía que pondremos aquí ahora, (en medio del suelo duro hincados los sus hinojos, llorando de los sus ojos de beber el vino puro:) IV -«¡Oh, beata Madrigal ora pro nobis a Dios!» «¡Oh, santa Villa Real, señora, ruega por nos!» «¡Santos Yepes, Santa Coca, rogad por nos al Señor, porque de vuestro dulzor no fallezca a la mi boca!» V «¡Santo Luque, yo te pido que ruegues a Dios por mí; y no pongas en olvido de me dar vino de ti!» «¡Oh, tú, Baeza beata, Úbeda, santa bendita, este deseo me quita del torontés que me mata!»
Coplas a una beoda que tenía empeñado un brial en la taberna
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I Ved qué congoja la mía, ved qué queja desigual que me aqueja, que me crece cada día un mal teniendo otro mal que no me deja; no me deja ni me mata, ni me libra ni me suelta, ni me olvida; mas de tal guisa me trata, que la muerte anda revuelta con mi vida. II Con mi vida no me hallo, porque...
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I Señora muy acabada: tened vuestra gente presta, que la triste hora es llegada de la muy solemne fiesta. Cuando yo un cuerno tocare, moveréis todas al trote, y a la que primer llegare, (sic) de aquí le suelto el escote. II Entrará vuestra merced, porque es más honesto entrar, por cima de una...
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Mi saber no es para solo, dadme plazo hasta el martes, pues imos donde hay las artes que hablan, señor, del Polo. Mas de tal saber ayuno digo, sin acuerdo alguno, que debemos todos ir a vuestro mando cumplir señor, que no quede uno.
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Los males que son menores de amor, es mi opinión que más y mayores son de los que de él son mayores; y el Dios de los amadores no da favor ni destierra cuando son merecedores; mas do la virtud se encierra, la gracia cobra más tierra.
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Entre dos fuegos lanzado, donde amor es repartido, del uno soy encendido, del otro cerca quemado; y no sé yo bien pensar cuál será mejor hacer; dejarme más encender o acabarme de quemar: decid qué debo tomar.